Confieso no ser seguidor de ninguno de los equipos representativos que han existido en la zona, principalmente del que llaman “Tampico” y todas sus mutaciones, sigo pensando es un gran vacilada de los directivos en turno, siempre jugando con los sentimientos de los simpatizantes de la escuadra jaiba, ¿recuerdan al Grupo Orlegi?, por cierto de funestos recuerdos para las arcas estatales.
Dejando a un lado el rechazo a la escuadra de casa, es necesaria hacer una crítica seria y severos señalamientos a los directivos del equipo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, a las autoridades municipales y estatales, sobre los indignantes hechos de violencia, registrados el pasado fin de semana.
La condena fue unánime después de ver las imágenes en donde se mostraban a varias personas lesionadas, principalmente de la porra visitante.
Sin embargo y horas después de los actos de agresión y el vandalismo, que incluyó el ataque de las unidades de transporte en el que viajaban los seguidores de la zona sur, en apoyo al equipo, alguien me comentó, “en el Tamaulipas no cantan mal las rancheras, la raza local también tiene lo suyo”.
Ante una frase tan lapidaria de alguien que asiste con frecuencia al “coloso de la Unidad Nacional”, como le dicen los expertos, volví a leer algunas “notas” en las redes sociales, principalmente en facebook, efectivamente frases amenazantes y dignas de análisis, mental principalmente, se “desgranaban” en los comentarios posteriores al post que daba testimonio de los aberrantes hechos de violencia sufridos por la porra jaiba.
Transcribirlas no vale la pena, lo que sí es digno de reconocerse, es la forma en que otro sector de los seguidores del Tampico, dan muestra de madurez y respeto al equipo contrario, llevando a cabo una campaña de tolerancia y cero violencia, buscando ser un ejemplo nacional, postura loable y con la esperanza que así sea.
No puedo imaginar el futuro del fútbol en la zona, lo que siempre he creído es que mientras no se construya otro estadio, alejado del petróleo y aceite, la primera división seguirá siendo un anhelo.
