Dicen que en política no hay casualidades. Mientras el presidente de México Andrés Manuel López Obrador dejaba atrás el sospechoso Covid-19 para reunirse con los diputados y senadores aliados, en el norte del país, específicamente en el Estado de Tamaulipas apareció un “monstruo” con las siglas del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), y una de las organizaciones delictivas más longevas evidenció una fractura interna, pero no sólo eso, un convoy de sicarios recorrió las carreteras en la frontera con Estados Unidos de América a plena luz del día.
Así teniendo a los gringos con los pelos de punta y en el marco de esa nueva guerra por la plaza y la ruta del Golfo, en el Congreso de la Unión los diputados y senadores de Morena sepultaban al INAI, una de las instituciones que permitió evidenciar muchas corruptelas intergubernamentales del neoliberalismo enemigo de AMLO.
Entonces, mientras los CJNG, Golfos y Zetas se enfrascaban en una batalla más de la narcoguerra en la franja fronteriza, los integrantes del poder legislativo en las cámaras de diputados y de senadores disparaban votos en contra del pueblo bueno y sabio, como delincuentes mataban la esperanza de una mejor nación, de un país con transparencia.
El viernes 28 de abril de 2023, fue un día negro y fatídico que comenzó cuando el Senado de la República cerró el segundo periodo ordinario de lo que viene siendo su quinto año de trabajo legislativo con la aprobación de por lo menos 20 dictámenes. Todos prioritarios para los planes de Andrés Manuel, entre esas intenciones presidenciales, insisto, exterminar el INAI que en su momento fue utilizado por El Peje para debilitar al régimen contrario con todo ese acceso a la información.
Mientras eso sucedía en la guerra legislativa; en Tamaulipas Zetas, Golfos y CJNG se atrincheraban y por momentos se topaban a balazos, incluso los delincuentes se dieron la libertad anárquica de atacar a los policías locales… la oposición de López Obrador se atrincheró como cualquier célula delictiva que defiende su plaza tras el asalto de un grupo rival. PAN, PRI y PRD prefirieron quedarse en el salón de plenos del Congreso de la Unión, espacio a lo que en un extraordinario discurso Beatriz Paredes Rangel llamó “la casa del poder legislativo” y los súbditos del emperador en menos de cuatro horas dispararon sus peligroso votos llenos de odio a México desde la vieja sede de Xicoténcatl refrendando su posición servil a Andrés Manuel López Obrador.
Y allí comenzó una nueva etapa para México, se forjó una alianza entre grupos criminales y políticos peligrosos que amparados en una simple casualidad en la que coincidieron con el enfrentamiento entre sicarios, ellos los políticos hacían lo propio como delincuentes de la política, ambos grupos, los pistoleros y los de cuello blanco jugándole contras a la nación.
Unos desestabilizando con la ráfaga, los otros rompiendo el diálogo y fajados en su ego, “legislando” desde sus respectivas trincheras dejaron a México a la deriva.
En la intimidad.. Por cierto, el pronunciamiento del Gobierno de Tamaulipas en relación a los hechos delictivos registrados en días pasados me recordó al exgobernador de Veracruz Fidel Herrera Beltrán, cuando los representantes de los medios de comunicación le preguntaron respecto a la presunta presencia del cártel de los Zetas en su entidad, a lo que el mandatario respondió que en Veracruz las únicas zetas que hay -había- son las cinco del nombre de Zita; la panuquense que fuera su directora del DIF con la señora Borunda.
Zita Beatriz Pazzi Maza… pero al final de la historia, no eran las únicas, es más, Fidel terminó siendo identificado como el Zeta-1.
Eso sí, lo que dijeron El Calabazo y el general Sergio Hernando Chávez García en mucho tienen razón, en otro tanto son tan mentirosos como su oposición… ahora le tocará a la población sacar sus propias conclusiones, eso es lo más valioso.
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