Opinión

Cuando los políticos pierden piso

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Todo ciudadano tiene el derecho a construir una carrera en la política o en la función pública, actividades para muchos iguales, sin embargo, son totalmente diferentes, aunque en México todo se puede hacer, sin el pudor mínimo para llegar caer en una irregularidad.

Dicho lo anterior y conforme avanza el cronometro electoral, cada día son más los políticos y los servidores públicos, (algunos de lo primero no tienen nada), que buscan escalar en la pirámide del poder, peldaños que los lleven a ocupar mejores lugares en el sistema de poder.

Las formas son lo de menos, como le sucedió a la diputada local morenista, Úrsula Patricia Salazar Mojica, quién aprovechando el bicentenario del puerto, comentó en sus redes que la ciudad de Tampico, se encuentra lista para la llegada de la “transformación”, en menos de año y medio se conocerá si su comentario fue acertado o si los tampiqueños rechazaron un cambio de color, sin que esto signifique que los actuales gobernantes sean mejores.

Lo mismo ocurre con funcionarios federales, estatales y municipales, todos dan su mejor cara, literal, y muestran sus más sanas intenciones en aras de ayudar al ciudadano, parecen descender del mismo cielo, trayendo consigo las buenas nuevas y por supuesto la bendición de más arriba, bueno, sin llegar a tanto, la simpatía de sus líderes terrenales.

Mención aparte y muy especial, merece la fauna en donde se incluye a los Senadores y Diputados, federales y estatales, algunos con amplia experiencia en los laberintos del poder y que han hecho de la política su gran modo de vida y en la mayoría de los casos, se niegan a soltar la ubre en donde han estado pegados por años.

En días pasados, llamó la atención el “gran nivel de debate parlamentario”, mostrado por el Diputado de Movimiento Ciudadano, Gustavo Cárdenas Gutiérrez y del legislador blanquiazul, Carlos Fernández Altamirano, ambos con señalamientos de presuntas conductas dudosas en su vida política.

Ante los hechos y solamente hablando de Tamaulipas, es iluso pensar que la cosas cambiarán en la política, por eso la decepción de la sociedad es permanente, a pesar de los exhortos lanzados por esos grupos que mantienen el control de las riendas en el país, la historia se repite una y otra vez, todo sea por mantener el hueso.

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