Esta semana, activistas ecologistas rodearon con un líquido negro el famoso cuadro muerte y vida del pintor austríaco Gustav Klimt en el museo de Viena.
El grupo de activistas llamados «última generación» arrojaron un líquido negro a la pintura, como protesta pidiendo detener la destrucción de la humanidad con los combustibles fósiles.
Los hombres fueron detenidos por la guardia de seguridad del museo, antes de golpear el vidrio que protegía la pintura.
Por su parte el museo de Viena ha informado que los restauradores están trabajando para determinar si la pintura que estaba protegida por un vidrio ha sido dañada.