Sin duda alguna, doña Mariana Gómez Leal de García Cabeza de Vaca debería escribir un libro respecto al cómo se debe manejar u operar un Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Mariana Gómez, una mujer rodeada de hombres metidos al 100 por ciento en la política, desde su padre, pasando por su hermano y que decir de su compañero de vida Francisco Javier, el gobernador de Tamaulipas, ha sabido marcar muy bien la distancia con cada uno de ellos en sus logros, aunque de igual manera sacó del jefe del ejecutivo estatal el respaldo suficiente para comandar durante casi seis años los tres primeros lugares en cada evaluación a su desempeño como presidenta del DIF estatal.
El linaje de Mariana Gómez Leal, su intención por ayudar al prójimo, viene desde la Casa Hogar San Francisco a la que su señora madre Graciela Leal de Gómez, ha dedicado casi 40 años de servicio.
Lo malo para doña Mariana es que en el último ranking de evaluación a las presidentas de los DIF estatales aparece en segundo sitio la esposa de Samuel García, gobernador de Nuevo León, me refiero a la tiktokera Mariana Rodríguez Cantú, pufffff, que risa.
En la intimidad… Hace días fui a pagar mi recibo del agua en la COMAPA Altavista, y me encontré con el gerente general Jorge Federico Rivera Schotte, creí que no se iba a parar cuando le grité: “¡ingeniero!”, enseguida detuvo su paso.
En la charla salió que están recibiendo de los usuarios donaciones voluntarias, que van desde un peso en adelante, en beneficio y fortalecimiento del programa denominado, «Nuestros niños, nuestro futuro”, precisamente impulsado por Mariana Gómez Leal de García, una iniciativa que la llevó a obtener la distinción del Sistema DIF Nacional.
Jorge Rivera, así ya con cafecito en su escritorio, me compartió que están recolectando de manera directa en las cajas de los 4 módulos lo que la gente quiera aportar, y las donaciones se esperan recibir hasta finales de agosto.
“Nuestros niños, nuestro futuro”, coadyuvan con el DIF Tamaulipas a crear conciencia en relación a la realidad social que viven los niños en orfandad, producto de los delitos de alto impacto que han disminuido con mucho en todo Tamaulipas.
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