La aventura que inició la Fórmula 1 en Rusia de la mano de Bernie Ecclestone y Vladimir Putin en 2014, llega definitivamente a su fin después de ocho años. El proyecto del máximo circuito de carreras, que iba a cambiar de Sochi a San Petersburgo, muere en la orilla tras romper todo tipo de acuerdo.
Tan solo unos días atrás, la FIA anunció que borraba del calendario la cita pactada en Sochi en el mes de septiembre, ya que, según el organismo «en las actuales circunstancias no se puede disputar la carrera», lo que dejaba un resquicio a que en otras circunstancias si se permitiera disputarla, pues este premio es uno de los más lucrativos del calendario, posibilidad que se ha cerrado este jueves.
«La Fórmula 1 puede confirmar que ha rescindido su contrato con el promotor del Gran Premio de Rusia, lo que significa que Rusia no tendrá una carrera en el futuro. La F1 ya no cambiará de Sochi a San Petersburgo como estaba previsto en 2023», informa la categoría, recordando que a partir del próximo año se debía correr en el renovado circuito de Igora Drive.
Todo esto se trata de un paso más en las decisiones estratégicas que está tomando la FIA respecto a la situación que atraviesa el país ruso, el cual se encuentra en el ojo del huracán tras la decisión del presidente, Vladimir Putin, de invadir territorio ucraniano.