El conflicto bélico que viven Rusia y Ucrania tuvo una repercusión más en el mundo del deporte. Esta vez, el magnate ruso Roman Abramovich, dueño del Chelsea de la Premier League de Inglaterra, ha dado a conocer que dejará la administración del club londinense, esto después de que le fuera prohibida la entrada al país inglés.
Mediante un comunicado divulgado en las redes sociales oficiales del club, el empresario expresa que tomó esta decisión en beneficio del propio Chelsea: «Durante mis casi 20 años como propietario del Chelsea FC, siempre he visto mi papel como alguien que custodia el club, cuyo trabajo es garantizar que tengamos el mayor éxito posible hoy y en el futuro, al mismo tiempo, jugando un papel positivo en nuestras comunidades”, se lee al comienzo del escrito.
“Siempre he tomado decisiones pensando en el mejor interés del club. Sigo comprometido con estos valores. Es por eso que hoy doy a la fundación benéfica del Chelsea la administración y el cuidado del Chelsea FC», informó el mandamás en el mismo comunicado.
«Creo que actualmente están en la mejor posición para velar por los intereses del club, los jugadores, el cuerpo técnico y la afición», fue la frase con la que el propietario cerró el anuncio. De esta forma, la salida de Abramovich del club se une a otras consecuencias en el ámbito deportivo originadas por la intervención de Rusia en Ucrania.
Otros de estos efectos del conflicto europeo han sido la reasignación de la final de la Champions League (que se iba a jugar en San Petersburgo), la pérdida del Gran Premio de Rusia (Sochi) de la Fórmula 1, así como la negativa de Polonia de enfrentar a Rusia en el repechaje rumbo a la Copa del Mundo de Qatar 2022.
