Como parte de su forma de trabajar, la misma que se ha visto destacada en comparación a administraciones pasadas, el presidente municipal de Altamira, el Mtro. Armando Martínez Manríquez acudió al fraccionamiento Haciendas Sector 1, en donde supervisó de primera mano los trabajos de instalación de luminarias que se habían efectuado previamente.
Al lugar arribó el edil acompañado de su equipo de síndicos y regidores, siendo recibidos por vecinos de este y otros sectores aledaños quienes expresaron su gratitud al munícipe por este apoyo que ha venido a marcar una mejoría en su diario vivir.
“Queremos agradecerle enormemente por las lámparas instaladas en nuestro sector, antes nos daba miedo salir de noche o regresar de nuestros trabajos, pero con estas lámparas hoy podemos transitar tranquilos”, expresó uno de los vecinos.
Al respecto, Martínez Manríquez indicó que no quitarán el dedo del renglón para dotar de iluminación a Altamira, pues actualmente el municipio tiene un déficit de más de 8 mil lámparas en desperfecto.
Ante ello, la primera autoridad indicó que el año que entra tiene proyectado dotar a las diversas colonias, fraccionamientos y ejidos del municipio de una fuerte cantidad de luminarias de última generación y así combatir el rezago que se tiene en este rubro.
Destacó también que las lámparas que actualmente se instalan en los distintos sectores de la ciudad cuentan con cable de aluminio en lugar de cobre, pues este último era razón de que se efectuara el vandalismo en las luminarias, y con dicho cambio de material este acto se ha visto disminuido.
“Es tiempo de que llegue la justicia social a esta zona, que por años ha sido olvidada, vamos a ponerle puntual atención porque el tema de la iluminación es uno de los más sentidos de la ciudadanía”, destacó Martínez Manríquez.
Finalizó indicando que en lo subsecuente, dotará de estas nuevas luminarias con tecnología de última generación a sectores como Haciendas 2, Los Prados, Fraccionamiento Los Ríos, Municipios Libres, etc.
De esta manera, se combate la inseguridad y delitos como los del fuero común, transformando para bien la calidad de vida de las familias de la urbe industrial.