El trabajo legislativo en México es una asignatura pendiente que sigue costando caro; vidas y una corrupción más fuerte que las instituciones.
En realidad ese es el costo en la vida política y social del mexicano que podría decirse ha sido traicionado por los legisladores de hoy, los de ayer y muy seguramente para siempre.
Ser diputado no significa regalar cebollas, tampoco se trata de “donar” el salario para una causa noble ni de andar promoviendo viajes turísticos a la ciudad o distrito que se representa en la legislatura; que decir, cumplir con el papel de un legislador es tan importante, incluso, más que el del administrador municipal o de una entidad; con una legislación sólida, le digo, no existirían todos esos alcaldes, gobernadores y presidentes corruptos en la historia de México.
Y el trabajo legislativo respecto a la regulación de los medios de comunicación en México no canta mal las rancheras, han quedado a deber.
¿Usted sabe quién es el director general de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), sí, ese órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación?
Verdad que no sabe, quién es, ni a qué se dedica, y peor, usted no sabe qué es lo que ese funcionario ha hecho por el bien de la nación.
Para que usted se dé cuenta de las cosas, Rodolfo González Valderrama fue director general de RTC, como no hizo nada ni se esforzó por México lo mandaron de Delegado a Tamaulipas para ver si le dan la candidatura de Morena a gobernador rumbo a la elección de 2022.
Por qué le digo todo esto, porque precisamente la apología del delito era una asignatura crucial de la Cuarta Transformación para tantearle el agua a los camotes y evidenciar su verdadero interés. Los panistas y priístas se fueron blanditos en este asunto, y las producciones musicales y televisivas están atascadas de esto.
El origen de nuestra Ley de Comunicaciones Eléctricas, data de 1926; luego, en 1931 se creó la Ley de Vías Generales de Comunicación y Medios de Transporte; un año más tarde en 1932, la Ley General de Vías de Comunicación, y así hasta 1940, Ley de Vías Generales de Comunicación.
Pero fue hasta 1954 cuando la nación comenzó a sentir la necesidad de establecer una legislación relacionada a una orientación social y cultural de los contenidos radiofónicos y televisivos; fue así como en 1960 entró en vigor la Ley Federal de Radio y Televisión.
Más recientemente la conocida “Ley Televisa”, que desató protestas y manifestaciones, porque la regulación de los medios dejó de ser una atribución del Estado; ya sabe, esas nimiedades que le gusta a la oposición, pero que en el ejercicio del poder actúan igual; otros detractores se expresaron en contra de la ley por no poner límites en los criterios para la producción independiente, sus contenidos, la función social de los medios, clasificación horaria, reglas de publicidad y tiempos del Estado. ¿Ya entendió por qué es tan fácil mentarnos la madre y decir obscenidades al aire?
Por eso se le hizo tan fácil a Gastón Arriaga Lacorte, uno de los negociadores más prominentes de Morena en Tamaulipas, vitorear a la agrupación traficante más longeva de México, no es justificación, pero es tan “normal” que le tocó hacerlo, al fin, en las canciones, la televisión, cine y hasta en las producciones que trasmiten a trabes de las plataformas por internet meten esas marcas delictivas y el vítreo de sus líderes como si nada más tuvieran eso al alcance de la mano.
No se espanten, así son todos ustedes que ven las series de narcos, cantan los corridos alterados y hasta hacen el movimiento de las manos como si estuvieran activando el cuerno de chivo, tampoco se pasen de espantados.
En la intimidad… Chucho y El Truco presumen unidad con el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca en la cabecera de la mesa… el humo blanco en un par de días ¡déjese las uñas!
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