Los cárteles de la droga tienen a muchos de sus integrantes disfrazados de traje y corbata, otros corren con menos suerte y los usan de gerentes. Son lobos vestidos con piel de oveja y los hay de todas las edades.
Un día antes a la ceremonia del Grito de Independencia se inició la construcción de la carretera Bajío-Tam, que conectará estratégicamente al Golfo de México con la región centronorte-Occidente del país. Cinco días después en esa zona económica de la nación un regalo bomba dejó temblando nuevamente a la Cuarta Transformación.
Aquel 14 de septiembre los gobernadores del yunque panista, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de Guanajuato y Tamaulipas respectivamente, habían coincidido en el arranque de la obra que estará a cargo de Grupo HYCSA, un poderoso consorcio tabasqueño bien identificado con Adán Augusto López, titular de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), y quien precisamente se reuniera para cerrar la agenda de aquel 14 de septiembre con el gobernador del estado libre y soberano de Tamaulipas.
Habrá oficiosos que digan que esa reunión no estaba programada y que tampoco quedó registro en la bitácora de la SEGOB. Lo hacen como queriendo dejar en mal al nuevo encargado de la política interna del país, el tabasqueño de confianza encomendado por su paisano y presidente Andrés Manuel López Obrador, ¿o habrá algun iluso que piense que Francisco Javier, es tan poderoso como para doblar al jefe de Gobernación?
Por cierto, Cabeza de Vaca y López Obrador, se volvieron a encontrar cara a cara, hombro a hombro para sonreírse y estrecharse la mano en la inauguración de la Feria Aeroespacial México (FEMEX 2021), encuentro que se dio tres días después del regalo bomba con pinta de terrorismo, pero que no fue más que un aparente ajuste de cuentas, quizás como la misma carretera que van a construir los tabasqueños en Tamaulipas, una obra que parece eso: un ajuste de cuentas. Cuentas políticas, sí, pero al fin, ajuste.
A propósito, al otro día de ese saludo en la nueva base aérea Santa Lucía, donde Cabeza de Vaca y López Obrador, sonrieron, quedó claro que no fue un terrorista el que puso a temblar desde Salamanca a la Cuarta Transformación, tampoco el señor Mencho, ni los carteles unidos, sino un problema de antaño, de dinero. En el giro negro no hay perdón, ni olvido.
En la intimidad… Tengan cuidado cuando andan de lamebotas diciendo que Cabeza de Vaca, era un gobernador no enlistado entre los invitados. No sean ingenuos, nadie se acerca al presidente sin que tenga el visto bueno, NADIE, léalo bien, no peque de iluso o de ignorante, bueno con decirle que por eso César Augusto Verástegui Ostos (cavo), se queda a cargo de Tamaulipas cuando el gobernador sale más allá de las fronteras del estado, porque no crea, hasta de eso está enterado el cabecita de algodón Andrés Manuel López Obrador.
davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608