Luca Martínez Dupuy, uno de los jóvenes futbolistas mexicanos que crecieron más allá de las fronteras, tiene bien afianzado su respeto y cariño por su país de nacimiento, al cual promete defender con el alma en caso de que su camino lo lleve ahí.
El país de sus padres es Argentina, el delantero de Rosario Central mencionó que creció agradecido por México, ya que durante ocho años le dio de comer a él y su familia, por lo que siente un cariño autentico que incluso lo lleva marcado en la piel.
Su padre, Nahuel Martínez, tuvo un apresurado paso por el América, un club al que le gustara jugar si se presentaran las condiciones, algo que llevó a tatuarse el Estadio Azteca en su pantorrilla.
“Mi padre me contaba que me llevaba a la cancha ya de bebe. Cuando era chico quería hacerme un tatuaje del Estadio Azteca porque sentía que esa cancha representaba a mi viejo. Me costó, pero me dejaron hacérmelo a los 17 años”, explicó al periódico AM.