Yordenis Ugás logró la mayor victoria para el deporte cubano al derrotar por decisión unánime a Manny Pacquiao, en la que pudo ser la última pelea de la leyenda filipina, para retener el campeonato welter de la Asociación Mundial de Boxeo.
Aunque solo tuvo dos semanas para preparar la pelea, el cubano dio una gran demostración de boxeo para quedarse con el triunfo a costa de un Pacquiao que demostró estar lejos de su mejor forma física. Las tarjetas lo favorecieron por 115-113, 116-112 y 116-112 para dejar bien claro lo que sucedió.
La edad acabó por ser un factor importante, porque Pacquiao ya no mostró la velocidad ni potencia de sus mejores años. Cada vez que entró no pudo hacerlo con solidez y a cambio recibió contundente respuesta dada su incapacidad de eludir golpes como lo hacía antaño.
El cubano trabajó bien al Pac-Man basado en una guardia muy buena y a una derecha rapidísima que entró en múltiples ocasiones. La escuela de su país sobresalió para plantar cara a uno de los mejores de la historia y para disminuirlo poco a poco.
En los primeros compases, el retador mostró parte de esa calidad que lo metió entre los gigantes del boxeo, aunque con el transcurrir de los minutos le encontraron la distancia y le costó volver a brillar. Ugás fue muy inteligente, analítico y así llevó el encuentro round tras round.
La impotencia hizo presa del filipino con el transcurrir de los minutos, ya que nunca pudo pegar como acostumbra, es decir, ni fuerte ni rápido, a pesar de que soltó una mayor cantidad de golpes que su rival, y eso le sirvió a este para acabar confiado e incluso buscando el nocaut, algo que no pudo hacer y llevó a las tarjetas.