Desde el Observatorio afinamos las lentes y apuntamos la vista con dirección a actividades que ocurrieron en los últimos días.
Durante el fin de semana que pasó las imágenes captadas y difundidas en medios de comunicación, fue el incremento en los casos Covid-19 con la nueva Cepa que es más contagiosa, determinándose por expertos epidemiólogos que a diferencia de la primera que una persona contagia a 3, esta nueva tiene la capacidad de contagiar a 8.
Es por esto que se incrementaron los casos de manera súbita en todo el país, regresando muchos municipios a semáforo rojo, con la aclaración de que no se cerrarán actividades económicas y que las restricciones a los establecimientos comerciales serían más suaves.
Desde el año pasado en que inició la pandemia todos debimos adquirir nuevos hábitos, tanto en la forma de relacionarnos, es decir el contacto persona a persona o en grupo, así como de higiene y cuidado personal.
Esta nueva ola de contagios, exige un mayor cuidado al estar en lugares de reducido espacio y de aglomeración de personas.
Algunos recomiendan doble cubrebocas, como una forma de disminuir aun más la posibilidad de contagio, evitar los lugares cerrados sin ventilación adecuada y sobre todo la aglomeración de persona.
Sin embargo la actividad económica y social no se puede detener más, esto de acuerdo a la exigencia o súplica de propietarios de establecimientos, comerciantes, empresarios y empleados, se requiere el movimiento económico.
Es aquí donde observamos a un costado de la nueva ola, el semáforo epidemiológico que se establece de acuerdo a la cantidad de contagios y la posibilidad de que haya más.
En Tamaulipas, la secretaría de Salud primero publico un semáforo muy variado, en el que por ejemplo puso en naranja a Tampico, en rojo a Madero y Altamira, sin entender que el sur de Tamaulipas es una sola zona, en la que se mueven miles de personas que incluso abarca hasta el norte de Veracruz. Situación que después corrigió y puso en rojo a todos los municipios del sur.
Es aquí donde resulta meramente ilustrativo dicho semáforo, puesto que a pesar de los colores que se tengan, todo sigue igual.
No hay suficientes inspectores para verificar la correcta aplicación de las normas de salud en esta pandemia, las tiendas departamentales siguen llenas de personas, no hay control en los bares y cantinas, sobre todo en las noches, por mencionar solo algunas de las deficiencias que se han presentado no solo ahora, sino durante toda la pandemia.
En medio de esto tenemos el regreso obligatorio a clases presenciales, esto al menos para el presidente López Obrador.
En lo que se refiere a Tamaulipas, en nuestro estado se prepara el regreso para ciertas escuelas en las que el semáforo esté en verde o amarillo, hasta el día de hoy en 10 municipios están en verde y en tres más amarillo, municipios en los que la mayoría corresponde a zonas rurales.
La mayoría de los padres de familia no quiere que sus hijos regresen a la escuela por temor a contagios. Ayer dijo el presidente que si van al centro comercial, bien pueden ir a la escuela. No se sabe si se va a programar vacunación para menores de 18 años de edad. Al menos el Gobierno Federal por el momento no tiene la intención de comprar vacunas para este sector de la población.
Pero eso sí, «llueva, truene o relampaguee, el regreso a clases es el 30 de agosto en todo el país» dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde el observatorio seguimos buscando actividad, común e inusual, para entregarla en imágenes de memoria, y que junto con usted platiquemos sobre lo que observamos a detalle en el día a día.