Un abrazo entre Rommel Pacheco y su entrenadora Ma Jin enmarcó el adiós de uno de los clavadistas más exitosos y carismáticos de los saltos ornamentales en México y el mundo. El yucateco, de 35 años de edad, cerró el telón luego de casi tres décadas de trayectoria, satisfecho y bendecido, pese a no obtener la medalla olímpica.
“Diosito me dio casi todo, solo le faltó un empujoncito para que todo fuera perfecto. Hoy cuelgo el traje de baño y me quedo contento con todo el amor de la gente y de la familia de los clavados. Me retiro en el mejor escenario, con un sexto lugar y siendo abanderado”, compartió Rommel tras dar por finalizada su carrera.
El medallista mundial explicó el motivo de su yerro en el penúltimo salto.
“He batallado con el de tres y media holandés y en esta ocasión no me salió bien, pues los años no pasan en balde. Tuvimos ocho meses de inactividad y la gente no sabe los panzazos y espaldarazos que me di al intentar perfeccionarlo. Pese a todo, no sentí frustración, disfruté representar a México en unos Juegos que estuvieron cerca de cancelarse”.
Al abrir el baúl de los recuerdos, Pacheco recordó las medallas que marcaron su trayectoria deportiva.
“La que gané en la Copa del Mundo en Río de Janeiro fue especial porque en ese entonces teníamos un problema con la FINA, también el oro en la Serie Mundial que se realizó en Mérida”.
Rommel respondió con un rotundo no a la posibilidad de volver a competir.
“De hecho clasifiqué a la Serie Mundial y mi entrenadora me dijo ahí te veo; le dije que no, se terminó para mí”.
En el futuro, a Rommel le gustaría contribuir con el desarrollo de los saltos ornamentales
“Me encantaría estar en la FINA algún día, hacen falta ideas frescas y mucho apoyo para el deporte”.