La elección de estado experimentada el pasado 6 de junio de 2021, terminó de evidenciar lo chiquitos que son muchos políticos de México. Desde el 2018, luego del contundente triunfo del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, la invitación a soltar todas filias personales fue pareja para todos y de ese momento a la fecha pocos lo entendieron; bueno, ni el electorado termina de comprender a qué juega el nuevo régimen.
El ambiente político electoral conforme avanzó el obradorismo se transformó en un revoltoso tornado pretencioso con ganas de arrancar y desaparecer las instituciones; por muy corruptas que quieran ser catalogadas, son como velas que sirven para darle ruta a la embarcación, y en realidad en nada han mejorado pese a que se dejó atrás al “neoliberalismo”, sin que eso sea problema para el régimen cuatroteísta que gobierna la agenda comunicativa de la nación.
Todos los días los partidos políticos aliados y de oposición lanzan sus pronunciamientos desde lo dicho en la mañanera como si no tuvieran capacidad de abrir y exponer un tema en particular, y mire que hay infinidad de ellos pues resultados muy pocos en el obradorismo.
Por cierto, uno de los problemas que tiene la oposición es que aún están lejos de su base política, de sus estructuras, de sus militantes, siguen durmiendo en el viento de la soberbia y en la disque puga interna como simulando conflictos para llamar la atención, mientras que la alienación sigue y sigue día con día; ni el PRI, PAN o el PRD han entendido que la vida política ya cambió, es un momento nuevo en el que los candidatos ocupan bastantito tiempo para consolidarse.
La reciente elección de estado del 6 de junio, sirvió para dejar algo muy claro, la forma de comunicar ya no es la misma, se debe mejorar, no es suficiente con pagar publicidad en redes sociales, en las plataformas digitales constituidas y convertidas en panfletos publicitarios a favor y en contra de uno u otro candidato; los estrategas deberán mutar y modificar, mejorar y perfeccionar, no será suficiente con sus marranadas difamatorias, deben sentarse a escribir y meditar porque a partir de ahora tienen que comunicar realidades, información contundente y productiva del servidor público próximo a ser su candidato.
En la intimidad… La camisa del seleccionado mexicano Erik Aguirre, tenía la bandera al revés, es decir, primero el color rojo, blanco y verde con el escudo de armas hacia abajo, así jugó el futbolista en su debut en Tokio 2020; los uniformes de la delegación de nuestro país están hechos por la firma Li-Ning ¡qué caray! México está tan lejos de Estados Unidos y tan cerca de China.
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