El 10 desde mayo de 1908, tres años después de la muerte de su propia madre, la activista Anna Jarvis, organizó un evento para conmemorar a la difunta, a su lucha y al resto de las madres de la Iglesia Episcopal Metodista en Virginia Occidental.
La lucha de la madre de la activista había sido enfocada contra el abuso de los dueños de las fábricas de las ciudades a las que las mujeres, en especial madres trabajadoras, eran sometidas.
Para mediados del siglo XIX, Reeves Jarvis, madres de Anna Jarvis, promovió la seguridad social de las mujeres que pasaban más de 12 horas en las fábricas a cambios de salarios miserables sin gozar garantías sociales.
Por ello Anna Jarvis promovió el 10 de mayo, para celebrar a “la persona que ha hecho más por ti que cualquiera en este mundo” y aunque en un principio el Congreso de Estados Unidos renegó la idea de institucionalizar el día de la madre, para 1911 casi todos los estados del país celebraban el día con protestas por parte de trabajadoras explotadas.