Legisladores de Texas buscan promulgar restricciones sobre los accesos a los abortos, los cuales permitirán que violadores demanden a sus víctimas y doctores, si ésta decide abortar el producto.
La iniciativa permitiría que si una texana quedara embarazada como resultado de una violación y ésta decide abortarlo de manera que el estado considere “ilegal”, el violador podría demandar a la víctima y a quien haya brindado atención al procedimiento, así como a los miembros de la familia o quien haya apoyado la decisión.
Además de esto, Texas prohibiría los abortos a las seis semanas, antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas, prohibiendo los abortos después de la primera detección de un “latido del corazón” embrionario.