Ciudad de México.- Todo parecía correr de manera normal la noche de ayer en la Ciudad de México. Poco después de las 10 de la noche cientos de personas tomaron el colectivo metro para dirigirse a sus hogares, sin saber que para 23 personas sería un viaje que no llegaría a su destino.
Después del caos vivido en la estación Olivos de la Línea 12 del metro, por el desplome de un paso elevado en la avenida Tláhuac, las autoridades informaron sobre la muerte de 23 personas y 70 lesionadas, quienes fueron trasladadas a diferentes hospitales de la Ciudad de México.
La indignación, coraje impotencia, se mezclaba con la angustia y tristeza por el accidente ocurrido, debido a que en numerosas ocasiones y desde hace varios años se había reportado de una seria falle justo en el lugar en el que ocurrieron los hechos.
La noche de ayer alrededor de las 10:20 horas, se desplomó el paso a causa de un daño en una de las trabes, lo que provocó que los vagones que circulaban en ese momento cayeran.
Los primeros respondientes fueron decenas de personas que pasaban por el lugar, así como vecinos que encuentran cerca.
A los pocos minutos arribaron elementos de la policía capitalina y Bomberos, Protección Civil y cuerpos de rescate, así como cientos de voluntarios que se sumaron en las acciones para extraer a las personas lesionadas y que fueran llevadas a los hospitales.
Cerca de la media noche Claudia Sheimbaum, jefa del gobierno capitalino, arribó al sitio y señaló que se está apoyando a las víctimas en este accidente y se dará todo el respaldo a los familiares de aquellos que fallecieron.
