Por David Castellanos
Para algunos México atraviesa por su cuarta transformación, mientras que para otros el país viene en caída libre, ya ni siquiera está al filo del despeñadero. Y precisamente el caso de Florence Cassez, sirvió al Gobierno Federal como sábana para cubrirse lo mucho que no ha podido hacer, pero sobre todo para atacar la libertad de expresión.
Le tocó ahora -perdón- nuevamente al periodista Carlos Loret de Mola, aguantar la tirria presidencial por un caso que lleva más de 10 años, un asunto que le permitió al presidente de México Andrés Manuel López Obrador, criticar a la prensa, pues desde el púlpito mañanero siguió el adoctrinamiento y pidió a su público “no tragarse todo lo que ofrecen los medios” (de comunicación), pero no le fue suficiente, además de todo recordó cuando “le robaron” la presidencia en 2006.
Pero fue precisamente durante el tan criticado neoliberalismo de Enrique Peña Nieto, cuando se dio ese precedente histórico que debiera orillar a las autoridades a que actúen conforme a derecho, es más, la misma ministra ponente del caso, fue la hoy titular de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), Olga Sánchez Cordero, y en aquel 2013 que fue liberada, el tabasqueño López Obrador, criticó la decisión de la corte por considerarla de “muy grave”.
Ahora que el tema le sirve para distraer la atención de un gobierno que no cumplió con lo prometido respecto al Plan Nacional de Vacunación ni sobre la eliminación del aumento a las gasolinas, y mucho menos en su tarea por recuperar y restructurar la paz; el presidente sólo cree que gobernar es bajo la retórica beligerante un día y al otro también, siendo lo peor de todo que no se ve para cuándo asuma su papel de presidente de México.
Bueno, al menos que se lo pidan de Estados Unidos, pues cuando dijo que con él no había lugar a la sumisión cuando parece que es todo lo contrario y si no me cree, ya reviró y se puso a la disposición para frenar el tráfico de personas y la protección de los derechos humanos de los menores. Que bueno, por fin algo favorable desde la presidencia.
