“Un presidente no creo que se levante, ni creo que se haya levantado pensando, y perdón que lo diga, en cómo joder a México”, Enrique Peña Nieto, expresidente de los Estados Unidos Mexicanos (2012-2018)
La Inversión Extranjera Directa (IED), le volvió a sacar la vuelta por segundo año consecutivo al territorio mexicano; sí, por segundo año consecutivo México quedó fuera del top 25 mundial como una de las economías atractivas para encontrar impulso y desarrollo.
La consultora AT Kearney, culminó con el estudio y en su edición 2021 nos pintó un fracaso más como país, pues en el Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa, no encontraron al México de la cuarta transformación dentro de los 25 países que más atraen y retienen capitales foráneos.
¿Los motivos? Ninguna novedad, se trata de los proyectos de reducido impacto económico y poco retorno de capitales impulsados por Morena (el partido en el poder), además de que son de muy poca viabilidad social; sí, se trata de los también conocidos “caprichos”: Tren Maya, Refinería de Dos Bocas y la cancelación de lo que debió ser el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
Pero eso no lo es todo, los aspectos que más han generado un impacto negativo para la economía nacional, son el atentado presidencial a la competitividad y dinamismo que ofrecía la Reforma Energética, postura cuatroteísta importantísima para impedir la llegada de Inversión Extranjera Directa (IED) al territorio nacional.
A ver, no crea en los cuentos de neoliberales, conservadores, fifis y gobernadores corruptos, porque si hablamos de corrupción, le diré que… mejor para otro día.
Solo quiero dejarle una muestra, y para eso, basta un botón.
En febrero de 2020, la empresa multinacional Repsol, anunció que instalaría en Tampico, Tamaulipas, su centro de operaciones de las 6 áreas contractuales con las que cuentan en aguas someras y profundas del Golfo de México, ¿y qué cree?, pues perdió la fe en el gobierno centralista, frenó todo su proyecto, ya habían comenzado a levantar muros, paredes y complejos habitacionales en la zona Costa de Tamaulipas; pero como en el béisbol ¡pa atrás los filders! Mejor no, hasta que existan las garantías de inversión en el México, de López Obrador.
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