En el país de los “otros datos”, Rosario Robles Berlanga, debería estar en libertad y Emilio Lozoya Austin, no tendría que estar siendo procesado desde la comodidad de una paradisíaca playa mexicana.
En el país de “yo tengo otros datos”, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), presentó “errores básicos” en las irregularidades por 67 mil 498 millones de pesos que rebasan ya, las observaciones al Gobierno de Enrique Peña Nieto. Según el reporte de la ASF, tiene hasta un 75 por ciento de faltas, dijo Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En el país de los “otros datos”, las autoridades de Estados Unidos, aseguraban que nuestro extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), el general Salvador Cienfuegos, colaboró con la delincuencia organizada; la FGR, dijo que él era inocente.
En el país donde los “otros dados”, también cuentan que Félix Salgado Macedonio, es un ciudadano íntegro, respetable, honrado y valeroso como para representar en un cargo de elección popular al partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; las violaciones a las mujeres y feminicidios van a la alza.
En el país donde los “otros datos”, nada es personal, tampoco con tintes políticos; los escándalos se dan a conocer a la luz pública en medio de la contienda electoral más importante para el gobierno de la esperanza y cuarta transformación, precisamente contra uno de los opositores más fieros del obradorismo.
En el país de los “otros datos”, donde todo el mundo está equivocado por apostarle a las energías limpias y renovables, es mejor construir más refinerías, seguir alterando el cambio climático y apostarle a los combustibles fósiles.
En el país, yo tengo “otros datos”, la Fiscalía General de la República (Palacio Nacional), refiere que el gobernador de Tamaulipas es un presunto lavador de dinero e integrante del crimen organizado. Francisco García Cabeza de Vaca, dice tener también “otros datos” y exige que se sepa la verdad.
En México como en el mundo, la cerveza es Corona, y a todas las personas les llega su hora.
Al tiempo… y sabremos.
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