El Gobierno de la República Mexicana, autodenominado de la “Cuarta Transformación”, experimentó los últimos cuatro días (viernes, sábado, domingo y lunes), cuatro hechos que podrían marcar su destino para encumbrar o ratificar como un gobierno de cuarta.
Viernes: el recientemente ungido presidente número 46 de Estados Unidos, Joe Biden, se comunicó vía telefónica con su homólogo Andrés Manuel López Obrador. El mexicano fue el segundo líder mundial al que Biden llamó; abordaron temas migratorios, pero no acentuaron posiciones respecto al muro heredado por Donald Trump, la contención del país azteca ante las venideras caravanas migrantes; tampoco platicaron sobre temas de seguridad nacional y/o terrorismo, que después del 11S, ha sido crucial para el país de las barras y las estrellas, y México, es la puerta más grande de los no nacidos en Estados Unidos.
Sábado: Unas horas después de que Biden y López hablaran por teléfono a la antigüita: el hallazgo de 19 cuerpos calcinados en Camargo, Tamaulipas; hasta el martes por la noche la Fiscalía General de Justicia del Estado identificó que son 16 hombres y una mujer las víctimas, faltan dos cadáveres más por identificar su género. Aunque se trata de un delito federal, la Fiscalía General de la República (FGR) no atrajo el caso. Fue durante la administración demócrata de Obama, cuando México escenificó algo similar como este hecho registrado en la frontera entre Nuevo León y Tamaulipas, a unos kilómetros de Estados Unidos.
Domingo: El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador fue uno de los pocos en el mundo que se negó al uso del cubrebocas, jamás llamó al pueblo bueno y sabio a protegerse del Coronavirus con esta medida; contrario a Biden, que nunca o casi nunca se le vio sin mascarilla mientras su adversario político actuaba como Andrés Manuel. Como dato curioso, después de la llamada del viernes con el presidente Biden, AMLO dio positivo a Covid-19 y seguramente lo veremos de vuelta, pero con tapabocas.
Lunes: Pese a que las recomendaciones de los doctores son guardar reposo por menor que sea la gripe; el tabasqueño López Obrador poco antes del medio día atendió una llamada con Vladimir Putin, el presidente ruso que presuntamente tuvo injerencia en las elecciones de 2016 a favor de Donald Trump. Putin lleva en la presidencia desde el 2012, culminará su mandato en 2024 pero antes entre 1999 y 2008, ya había ejercido el cargo; bueno, el asunto es que el Gobierno de la Federación Rusa jamás especificó en el comunicado de prensa la cantidad de vacunas “Sputnik V” por enviar a México, contrario a lo que los ‘cuatroteistas’ informaron, que según llegarán 24 millones de dosis para los próximos dos meses.
Son cuatro hechos trascendentes para el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, todo en menos de 96 horas, de gran exigencia; todos ligados, vinculados, pero poco atendidos. El Covid y la relación bilateral con Biden parecen para el presidente Andrés Manuel, lo que para Enrique Peña Nieto fue Ayotzinapa.
El no robar, el no mentir, el no traicionar, no impidieron que AMLO fuera contagiado de Coronavirus. El fallo del Presidente está más que claro. Ahora esperemos que la vacuna de la sensatez y la responsabilidad prevalezca en este 2021, pues la fórmula de los buenos deseos quedó muerta por una pandemia llamada egolatría.
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