Se reportaron diversas manifestaciones en los Países Bajos debido a un riguroso toque de queda para contener la pandemia de coronavirus.
Tras las protestas, las autoridades de Rotterdam, Holanda Meridional, así como de otras ciudades en Países Bajos, debieron recurrir a la fuerza con chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersar a centenares de personas congregadas en las calles.
Las muestras de inconformidad fueron desde protestas pacíficas, a saqueos, fuegos, incendios a centros de diagnóstico, personas que lanzaban piedras y hasta fuegos artificiales, esto debido a la restricción más dura que ha aplicado el país desde el inicio de la pandemia, un toque de queda desde las 9 de la noche hasta las 4:30 de la mañana, con una sanción de aproximadamente 115 dólares estadounidenses a quien rompa la norma.
Tras 250 arrestos por las protestas, el presidente del Consejo de Seguridad Nacional, Hubert Bruls, dijo que si bien entendía las frustraciones de los manifestantes, en cuanto más colaboren con las medidas sanitarias, más pronto podrían recuperar sus libertades.
Las noticias de violencia en esta zona, son más bien extrañas, ya que por lo general esta nación es pacífica y respetuosa de la ley. Ahora, con las restricciones y con escuelas y restaurantes cerrados, se ha hablado incluso de una guerra civil, tras ser el último país de la Unión Europea en poner en marcha su programa de vacunas, con solo 135.000 personas que han recibido la primera dosis.