En Egipto, después de cuatro milenios de permanecer oculto, se descubrió el recinto funerario del faraón Tetis y su esposa, Nearit y su Libro de los Muertos, gracias a las excavaciones manejadas por el Ministerio de Antigüedades de Egipto.
Desde el 2291 a.C., el gobernante su esposa descansaban en el recinto funerario, de tres almacenes de adobe con ofrendas mortuorias para ambos gobernantes antiguos, hasta que fueron descubierto por las excavaciones realizadas por el Ministerio de Antigüedades de Egipto, mismo que comunicó el hallazgo.
Lo que realmente llamó la atención de los excavadores y la población fue el Libro de los Muertos personal de los faraones, el cual, aunque no está completo, es una forma de estudiar mejor esta técnica milenaria, la cual funcionaba como guía espiritual y práctica para vencer los obstáculos del Más Allá, para alcanzar el Juicio de Osiris.
El papiro de cuatro metros muestra cómo prepararse para trascender el otro mundo, contenía hechizos y protecciones contra las trampas que el alma pudiera encontrar en el viaje, así como claves mágicas para descifrar el paso por el otro mundo.