Era de esperarse. El general Salvador Cienfuegos Zepeda, no tenía porque haber sido aprehendido en Estados Unidos, sus cargos seguramente fueron inventados; pero será hasta enero de 2021, cuando presumiblemente tenga un desenlace final la elección presidencial estadounidense, que el exsecretario de la Defensa, sabrá su futuro.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ya había dicho a los norteamericanos que Cienfuegos, no tenía ninguna investigación en su contra, claro, luego López Obrador, le bajó el tono de la retórica contraria a la DEA y Estados Unidos, sin embargo, no insistió más y dejó que todo transitara mientras que Cienfuegos Zepeda, negaba las acusaciones y vínculos con la delincuencia organizada.
Ahora de manera por demás sorpresiva, las autoridades norteamericanas retiraron los cargos por los que capturó al ex integrante del Gabinete de Seguridad Nacional, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, y entregó al gobienro mexicano toda la responsabilidad de enjuiciar al general más influyente.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, el próximo año, enfrentará su primera gran elección, y dejar en libertad a Cienfuegos tendría un elevado costo político; los mexicanos quieren justicia respecto a los funcionarios involucrados en la guerra del marcotrafico, y si consideramos que algunos obradoristas vociferaron que la captura del general fue maniobra del presidente López Obrador, otorgarle la libertad va a ser un martillazo en la sien.
Por el otro lado, darle largas y mantenerlo en la cárcel hasta después de la elección, le podría generar la crisis más complicada y peligrosa a la Cuarta Transformación, pues la SEDENA -el «hijo» favorito del presidente- no va a tolerar que le desprestigien de tal manera.
Dicen que retirar los cargos, fue un guiño de Donald Trump, al mexicano, pero visto de otra manera, parece más haberle dado una lujosa caja de madera con una brillante daga de doble filo, para hacer con ella lo que mejor le convenga al presidente más popular de los últimos tiempos.
La libertad del General, será un aliciente para Peña Nieto, pero un duro revés para Obrador que hará valer su costo político.
El caso Salvador Cienfuegos Zepeda, es sin duda, una blackberry al tobillo del presidente.
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