El pasado 26 de junio, una empleada doméstica, fue secuestrada al salir de su lugar de trabajo, dos días después fue asesinada debido a que su familia no pudo reunir la fuerte cantidad de dinero que pedían los secuestradores.
Después de ser secuestrada, la mujer fue llevada a la casa ubicada en la calle Cobre de la colonia Jardines de San Juan Ajusco, en la zona alta de Tlalpan. Desde ahí los secuestradores pidieron a la familia fuerte cantidad de dinero a cambio de la vida de la empleada. Al no recibir el dinero, a los dos días del plagio, los secuestradores la asesinaron y la enterraron en una letrina de ese domicilio.
La familia de la víctima acudió ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, iniciándose las investigaciones y logrando rastrear la zona desde donde se realizaron las llamadas.
Fue en horas de la madrugada del martes que elementos del Grupo de Reacción e Intervención de la Policía de Investigación y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana realizaron un cateo en la vivienda mencionada, cumplimentando la orden de aprehensión en contra de la propietaria del inmueble, una mujer identificada como Silvina y de su pareja sentimental de nombre Pablo.
La mujer dijo a las autoridades que el cuerpo de la empleada lo habían sepultado en el patio, y fue necesaria la ayuda de perros entrenados para localizar el cuerpo enterrado a metro y medio.
En el domicilio donde fue detenida la pareja, también se encontraban sus dos hijos y una mujer quien dijo ser hermana de Silvina, después de ser interrogados por el secuestro de la empleada doméstica, los sospechosos intentaron escapar iniciándose una balacera en el sitio. Finalmente fueron capturados.
Tras su detención, Silvina y Pablo confesaron haber secuestrado y asesinado a la empleada doméstica debido a que no pudieron cobrar el rescate.
Vecinos de los secuestradores sabían que Silvina y sus dos hijos eran maltratados por Pablo, pero nunca se imaginaron que eran secuestradores y asesinos.
