La corrupción venida de sobornos o exigencia de porcentajes económicos derivados de las utilidades del contrato con proveedores, es una de las prácticas más comunes de los entes gubernamentales. No es un asunto exclusivo de México, no se espante.
Se lee y se dice fácil, los honestos no pagan sobornos para alcanzar sus metas y objetivos comerciales; los gobernantes incorruptibles, no llegan comprando votos, tampoco se mantienen amenazando y reprimiendo a la sociedad.
¿Usted conoce a alguien así de honesto y transparente? Yo quisiera conocer a más personas y políticos con esas convicciones y valores, he tratado; pero me canso en el intento, pues son contados con los dedos.
En todo México, desde empresarios, pasando por activistas, periodistas, políticos y población en general; se dice que somos corruptos por un tema cultural, ojalá fuera mentira pero así parece.
A principios de septiembre de 2020, Alma Laura Amparán de Hernández Llanos, de las pocas mujeres con cargos políticos destacados, funge como alcaldesa de la ciudad de Altamira; en la zona costa de Tamaulipas. Ella desplazó nuevamente a un altamirense para otorgarle el cargo de Gerente General de la Comisión Municipal de Agua Potable (COMAPA) Altamira, a Raúl Manzur Manzur, un tampiqueño de ascendencia libanesa que pintaba para hacer las cosas de la mejor manera; antes que él, un personaje nacido en Reynosa, tuvo el cargo y las cosas fueron peor que nadar en aguas nauseabundas.
Manzur Manzur, llegó hace ya casi dos meses al cargo, y solamente le viene dando dolores de cabeza a la alcaldesa Alma Laura, tanto que ya un grupo de al menos 15 proveedores están a punto de comenzar una guerra jurídica en contra del Ayuntamiento por negarse al pago de sus servicios, reclaman un pasivo superior a los 5 millones de pesos.
Al gerente se le hizo fácil echarse unos tragos y hablar con franqueza ante el grupo de “amigos”, con los que estaba. Su plan, es mandar a los prestadores de servicio que llevan años operando para la COMAPA Altamira a la partida de Adeudos de Administraciones Anteriores Adquiridas, para él (Raúl Manzur), sembrar su grupito de fieles amigos y darles contratos, bajarles una cuota y enriquecerse pues el tiempo apremia y los periodos en el cargo público suelen ser muy cortos; eso sí, las bolsas muy grandes.
Las COMAPAS, en Tamaulipas, tienen fama de ser siempre manejadas como cajas chicas a favor del partido político en el poder, y ésta de Altamira, no es la excepción; el asunto es que Raúl, está rebasando y trastocando la confianza y eso, cuando cansa a los Cabeza de Vaca, es el fin de toda aspiración.
Que Alma Laura, tenga la capacidad de meter en cintura a Manzur y la bomba no le estalle al cabecismo en la víspera de la elección.