La desconfianza de la DEA ante cualquier dependencia mexicana de seguridad nacional viaja por los Siglos de los Siglos, sin embargo, la confianza para la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR), se mantiene firme e intacta sexenio tras sexenio.
La captura del General Salvador Cienfuegos, sobre todo, la forma en cómo se dieron las cosas, se deriva propiamente de esa histórica desconfianza, misma que se agudizó en el presente obradorista por su política antinarcóticos.
Así, mientras la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), es trastocada por la DEA, incluso hasta en Netflix, con los documentales “la libertad del diablo”, y “hasta los dientes”, donde se evidencian y sustentan algunos abusos castrenses; la SEMAR, navega campante en la absoluta y segura relación con la agencia norteamericana con mayor infiltración en México.
Exactamente 10 días después de la histórica captura de un exjefe del Ejército Mexicano, y a un año del ridículo “cualiacanazo”, la Marina Armada de México, informó de un duro golpe a la organización delincuencial de Ovidio Guzmán López, líder del cártel de Sinaloa.
Lo informado el domingo respecto a los narcolaboratorios y bodegas, donde se aseguraron volúmenes considerables de precursores químicos de más de 5 mil kilos de capacidad y de los cuales no había antecedentes de capacidades tan grandes para el procesamiento de Drogas sintéticas, significa un nuevo precedente favorable en la relación y confianza de la DEA con la SEMAR, que de la mano con la Fiscalía General de la República (FGR), y la SEDENA involucrada en esta ocasión, servirá para liberar un poco de presión en al política contra la delincuencia organizada en la Cuarta Transformación.
La más confiable, eficaz y menos corrupta dependencia de seguridad en México, según la DEA, es la SEMAR, estos principios y valores con los que ven a la Marina mexicana desde el extranjero, se consolidaron en el más reciente período de tiempo en el sexenio de Enrique Peña Nieto, precisamente con la captura de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, en enero de 2016.
Es verdad que la estrecha relación entre la Secretaría de Marina Armada de México y la agencia estadounidense no es nueva, es de dominio público que un mes antes del culiacanazo, la SEMAR, utilizó uno de sus helicópteros para trasladar una delegación de 12 gringos antinarcóticos a la tierra de Joaquin Guzmán. El fallido resultado del operativo de captura contra Ovidio, ya todos lo conocemos.
De la “Operación Blue”, información proporcionada el fin de semana, que involucra una empresa de Hong Kong (China), con operaciones en Alaska y más regiones de Estados Unidos, así como en diversas entidades de la nación mexicana, no es cosa menor en este turbulento y lúgubre momento histórico de las Fuerzas Armadas de México.
Nuevamente se revive la idea de fusionar como antes al Ejército y la Marina para crear una sola Secretaría con la finalidad de ahorrar los altos costos de la guerra contra los cárteles de la droga, evitar los supuestos abusos de autoridad por parte de elementos federales y eficientar los trabajos de marinos y soldados. El tiempo dirá si la idea es o no redituable en todos los sentidos.