Opinión

Ricky Riquín Canallín

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El regreso del “joven maravilla”, estaba programado en la agenda política nacional desde el 2018, solo que en ese tiempo no estaba previsto que su aparición tuviera de fondo la maqueta de una turbina generadora de energía eólica.

Ricardo Anaya Cortés, el joven promesa de la derecha mexicana, descarrilado por Enrique Peña Nieto y el nuevo PRI en la elección presidencial del 2018; regresa dos años después por un cargo de elección popular para el 2021 bajo las siglas de su partido Acción Nacional.

La primera opción es una diputación federal que permita acercarse al enemigo, como segunda propuesta la candidatura a suceder a Francisco Domínguez Servién.

Desde su casa, en el estado de Querétaro, Anaya anunció su regreso a la vida pública del país; luce más maduro, los años no pasan en vano, por eso mismo no va a ser el candidato presidencial como piensan algunos, ya se precipitó y así perdió.

El camino es otro, uno que fortalezca a la oposición, no que la divida; pero los frentes panistas aún no lo definen. Lo cierto es que desde el mismo 2018 que el Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial (TFEPJ), lo declaró víctima del sistema peñista, se supo que Anaya Cortés estaría de regreso; como un sabio aguantó callado y solamente los ataques en su contra lo llevaron a abrir la boca.

Pero lo que llama poderosamente la atención durante el video promocional del regreso de Ricardo Anaya, es la aparición visible casi como segundo elemento de mayor importancia de la grabación, apenas detrás del político, es una turbina generadora de energía eólica.

¿Por qué? La nula disposición del gobierno federal por generar energías limpias lo tiene entre la espada y la pared, es decir, casi derrotado.

Porque fue el tema que provocó la ira de los obradoristas intransigentes contra el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, el “narcogobernador”, que se pronunció abiertamente contra la federación y subió en mayo del 2020 un video que lo puso en todos los medios nacionales.

Pero no lo es todo, Cabeza de Vaca, que significa el primer Panista en la historia de Tamaulipas en gobernar un estado que jamás había perdido el PRI; forjó su triunfo basado en dos slogan publicitarios fuertemente sustentados: “de que se van se van” y “vientos de cambio”.

La primera fue un ataque franco y directo contra los priístas, la segunda una bandera de ilusión que enamoró incluso a los obradoristas que añoraban un cambio en Tamaulipas y se aliaron al panista para echar al despeñadero al partido tricolor.

Así con  esa frase de los  “vientos de cambio”, llegó al triunfo y se origina precisamente en la fuerza natural del estado por generar energías limpias.

Vale la pena precisar que Tamaulipas, tiene en el parque eólico “Reynosa 1”, la infraestructura de mayor generación de está energía de México, y uno de los parques eólicos más grandes de América Latina.

Ricardo Anaya, y su regreso acompañado de una turbina generadora de energía eólica, inserta en el subconsciente político del país al panista mejor posicionado de todos.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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