¿Quiénes son los tamaulipecos o neoleoneses para merecer el desprecio del presidente de México? ¿Qué tiene el avión presidencial como para que sea más importante que la integridad de los ciudadanos del norte de la República?
El huracán Hanna pegó duro en la frontera de México con Estados Unidos; del territorio mexicano, en Nuevo León y Tamaulipas, cuatro personas desaparecidas (1 en Monterrey, y 3 en Reynosa); las calles inundadas en ambas entidades, fueron convertidas en caudalosos ríos; mientras que en el país de las barras y las estrellas, bueno, el muro construido por el presidente Donald Trump, sufrió afectaciones en un tramo, no propiamente por el primer huracán de la temporada del Atlántico, pero sí por la misma fuerza de la naturaleza en junio pasado.
En fin, los tamaulipecos gobernados por Francisco Javier García Cabeza de Vaca, y los representados en Nuevo León, por Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, quedaron como la rata de la Provincia de Tucumán, en la República de Argentina; esa que aparece en las redes sociales montada en una chancla sobreviviendo a las torrenciales lluvias y amezantes inundaciones, la misma que dio la vuelta a Latinoamérica con la música de la gran película “Titánic”.
Pero claro, los tamaulipecos y neoleoneses, fueron la rata para el presidente de México, no merecían respaldo alguno, no había por qué preocuparse ni mucho menos, es más, ni los pobladores de Tamaulipas, ni los de Nuevo León, fueron dignos de una sola mención presidencial en la mañanera del lunes 27 de julio. La chancla, en esta analogía entre dolorosa e indignante, no era ni el gobernador de una u otra entidad, seguramente eran las ganas de sobrevivir al golpazo propiciado por Hanna, de cada uno de los ciudadanos del norte del país.
La ciudad de Reynosa, Tamaulipas fue una de las más afectadas, incluso tres niños fueron reportados como desaparecidos. Todavía en el noreste de México, este lunes y madrugada del martes continuaron las lluvias torrenciales, pero como quiera ni un tuit del presidente mexicano. Que va, el tema se ha puesto complejo, tan oscuro como las mismas nubes cargadas de lluvia, destrucción y muerte, lo peor es que de los tres niños desaparecidos no se sabe nada.
Bueno, quizá sea su responsabilidad, pero la contingencia ha servido para que los gobernadores de Nuevo León y Tamaulipas, se hagan sentir cercanos a los afectados enviándoles ayuda a como dé lugar, primero que nada poniéndolos en territorio seguro, luego activando operativos para desazolve de las colonias, saneamiento y resguardo, le digo cuando alguien por el norte del país pretende emitir un comentario favorable del presidente Andrés Manuel López Obrador, lo único que se encuentra son reclamos y cierto enojo, pues prefirió su show del avión que echar un ojo a lo que sucede por el norte de la República.
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