Los cuerpos de las personas infectadas y muertas por Coronavirus, tardan entre 5 y 10 días para ser incinerados o tratados para su cristiana sepultura. Los pacientes después de haber sido internados, jamás volvieron a ser vistos por sus familiares. En México ya casi 44 mil personas han muerto por este virus exportado de China.
Para la protección del Covid-19, no hay fármacos a favor de la ciudadanía, únicamente el uso del cubrebocas, el distanciamiento social y el resguardo en casa; sin embargo, el debate ya se desgastó y solo algunos asumieron las recomendaciones y el compromiso de una nueva realidad que sigue matando mexicanos. Los otros no quisieron ponerse a pensar, incluso que ya muertos, sus cuerpos quedan en el abandono por lo menos cinco días, apilados hasta en los pasillos de los hospitales, ya no en los mortuorios, pues estos fueron rebasados por la cantidad acelerada de contagios y defunciones en todo México.
Tan solo en el sur de Tamaulipas, hay por lo menos un centenar de cuerpos en espera de ser trasladados a una funeraria para su incineración, algunos están en las aulas audiovisuales de los nosocomios; pero la población evade la realidad, así el potencial de contagio y mortandad del Covid-19, tanto que los Hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Ciudad Victoria, Nuevo Laredo y Matamoros, ya están al 100 por ciento de su capacidad, mientras que el Regional Número 6 del IMSS, en la Zona Metropolitana de Tampico, pasó de dos a cuatro pisos para atención de pacientes Covid. Éste es uno de los que tiene los muertos en pasillos y salas audiovisuales, pues son demasiados.
En lo que corresponde a los Hospitales del ISSSTE en la misma entidad tamaulipeca, el de Tampico, donde falleció la prima hermana del presidente de México, junto con el de Matamoros, Reynosa y Ciudad Mante, están al 100 por ciento de su capacidad hospitalaria. No se ve en qué momento pueda cambiar para bien.
En Tamaulipas, el absurdo e inservible conteo de contagiados a causa del Covid-19 se acerca a los 15 mil, y los fallecidos no tardan en superar la cifra de los 1 mil, pero esto no parece preocupar mucho a los tamaulipecos como al resto de la población mexicana; pues como si fuera un asunto del rojillo, el Coronavirus es un máximo como reto para no agruparse, pero luego pasa y las fiestas no paran cada fin de semana.
Tampico, es una de las ciudades más importantes del noreste del país, en ella encuentran desarrollo y crecimiento familias del norte de Veracruz, San Luis Potosí e Hidalgo, es más, pobladores de otras regiones de Tamaulipas bajan al sur del estado para salvarse y encontrar una mejor calidad de vida. Eso también tiene colapsado el sistema hospitalario tampiqueño, y nunca ha existido un trabajo coordinado de los gobernadores, incluso ni ahora Omar Fayad, de Hidalgo; Juan Manuel Carreras López, de San Luis Potosí y ni el mismo Cuitláhuac García, de Veracruz se acuerdan de sus representados pegaditos a Tamaulipas, pues si los tuvieran presentes y en algo se interesaran por subsanar este conflicto de salud, quizá algunas vidas se hubieran salvado.
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