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Los neoliberales..

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Eran automóviles de todas las gamas, incluso había de los Mini, ligeros, compactos; y claro no pudieron faltar las SUV, Pick Up, de todos tamaños, modificadas y hasta unos Jeep. ¡Qué va!, usted pudo haber visto los deportivos de lujo y gran clase, ya sabe de esos europeos que embelesan hasta a los que no sabemos nada del mundo del automovilismo. Se trataba de la caravana contra la Cuarta Transformación y algunas de sus políticas.

El movimiento se desarrolló en todo el país, como cuando los de izquierda se fusionaban con los conservadores del Partido Acción Nacional (PAN), para desestabilizar al PRI de Enrique Peña Nieto, en el afanado regreso del Revolucionario Institucional a Los Pinos; después de los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Pero no, hoy no se trataba de perredistas, petistas y lopezobradoristas contra ultraderechistas conservadores del panismo; tampoco ninguna de las camionetas que participaron en la caravana en contra del presidente de México, eran tripuladas por hombres encapuchados, fuertemente armados, mostrando por sus ventanas esas armas largas automáticas que no perdonan la vida del ser humano. No, a diferencia de hace diez años cuando el calderonismo gobernó la nación, y López Obrador, era el gran opositor, luz y guía de la mayoría, cuando era “El Peje de todos”; un hombre lleno de elocuencia, hoy esas camionetas sacaban por sus ventanas una bandera de México o globos blancos que con esa fragilidad rompieron el viento.

En esta ocasión, en el Tamaulipas después del peñanietismo, las unidades estaban siendo  tripuladas por los dueños de comercios, empresas o negocios que contratan agencias de publicidad y marketing para fortalecer e incluso hacer nacer una nueva marca, generadora de empleo.

¡No, no, no, no! no eran los fifís de los que hablan los más tóxicos, nocivos e irracionales fanáticos de una nueva y supuestamente naciente corriente política; los que participaron el fin de semana en la muestra de hartazgo, eran en su mayoría los que realmente tienen alcance a las energías limpias, los empresarios o empleados de primer nivel que pueden instalar en los techos de sus oficinas y hogares celdas solares, nuevo y modernos sistemas generadores de energía eléctrica de los que viven muchos hombres y técnicos encargados de instalarlas.

Es real, fue una caravana un tanto dañina para el medio ambiente, con una alta quema de combustible; un movimiento nacional con una convocatoria aceptable en un día y horario laboral en plena contingencia. Fue una actividad social que algunos querrán desacreditar como hicieron en su momento los tricolores atacados por los que al tiempo se identificaron con Morena, a diferencia que la mayoría de la base y cepa del Movimiento de Regeneración Nacional hoy siguen bajo su mismo ritmo y nivel de vida que hace más de dos años. Mientras que los de la otra clase como los Bartlett, los Barbosa o todo aquel que ayer ostentaba el cargo de Senador, Diputado o Gobernador, siguen ocupando y rotándose en esos cargos; es más, continúan incrementando el valor de sus propiedades sin abandonar la vida en los suburbios en las grandes ciudades de México; son también esos nuevos funcionarios de Morena que tienen el mismo tipo de automóvil que los utilizados el fin de semana para el convoy contra López Obrador.

Lo mejor del caso, y para bien de la nación, es que el presidente sabe a la perfección para lo que pueden servir este tipo de movimientos, con uno, cinco o menos, como 500 automovilistas participando.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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