En vez de prepararse para disputar la postemporada, LeBron James pasa buena parte del tiempo jugando al basquetbol con sus hijos adolescentes. Disfruta también la hora del té con su hija.
Y cuando no está viendo un capítulo tras otro de la serie “Tiger King” con su esposa, busca noticias acerca de si la pandemia de coronavirus permitirá que los Lakers de Los Ángeles continúen con su destacada campaña, en la que buscan el título de la NBA.
James se muestra optimista sobre el futuro de los Lakers, pero sabe que la seguridad es primordial.
“No pienso que sea capaz de obtener tranquilidad si no tenemos una oportunidad de finalizar esta temporada”, dijo James el miércoles, durante una conferencia telefónica desde su casa, con los reporteros que cubren los partidos de los Lakers.
El equipo navegaba tranquilo hacia su primera aparición en los playoffs desde 2013. Pero el 11 de marzo, la temporada de la NBA se interrumpió.
Los Lakers ostentan la mejor foja de la Conferencia del Oeste, con 49-14. Tienen una ventaja de cinco juegos y medio sobre los Clippers (44-20), y son superados sólo por Milwaukee (53-12) en las posiciones generales de la NBA.
El buen desempeño ha llegado tras los pasos para reforzar el plantel antes de la campaña. La adición principal fue la de Anthony Davis.
Los Lakers perseveraron además durante un tenso viaje de pretemporada por China, y tras la muerte del exjugador emblemático de la franquicia, Kobe Bryant, ocurrida en enero a consecuencia de un accidente de helicóptero.
La 17ma temporada de James en la NBA es evidentemente única por varios motivos. Sin embargo, se muestra inusitadamente orgulloso de lo que han logrado ya los Lakers