Con dolor y nostalgia se ve en el horizonte la inminente fase tres en la pandemia por Covid-19, que significa lo peor y más catastrófico que se vivirá durante la crisis de salubridad en México. La gente no entiende.
El distanciamiento social no está funcionando, cambiarle el nombre médico-estratégico a “Susana distancia”, fue una vacilada que le restó seriedad a la situación y entonces la muerte alcanzó a 125, y cada día más estados son afectados considerablemente por el Coronavirus.
Ningún país en el mundo trata a sus connacionales como niños, y les fabrica un “superhéroe”, para entender la medida no farmacéutica de control contra las infecciones, con la finalidad de desacelerar el contagio o propagación de cualquier enfermedad; solamente en México sucede esto y es uno de los grandes errores tanto del gobierno, sí, como de los mismos mexicanos quienes en su gran mayoría siguen sumergidos en el lamento de un encierro más que necesitado, oportuno y pertinente.
Ya no hay marcha atrás, México perdió el control, la declaratoria de emergencia no se recibió con entera responsabilidad en la sociedad mexicana. Usted que tiene la estricta necesidad de salir a trabajar lo ve con sus propios ojos, muchos andan en la calle como si nada, creen que son vacaciones, se imaginan que es un juego; ni lo que les llegó por los medios de comunicación desde China, ni lo que se retransmitió de Italia, España y qué decir, ni Estados Unidos que está aún más cerca de México, hizo caer en razón al pueblo bueno y sabio.
Ni hablar, no entendimos por la buena y a partir de los próximos días hasta multas se van a aplicar en todo el país, quizá no como decreto presidencial, pues los mismos mexicanos están orillando al presidente no ser tan estricto, pero regionalmente esto va a suceder.
Tamaulipas, gobernado por Francisco Javier García Cabeza de Vaca, desde hace dos semanas las playas y centros recreativos ya fueron cerrados, aun así la gente siguió en las calles; una semana atrás, se exhortó a los negocios cerrar sus puertas, sobre todo bares, restaurantes y centros sociales, a los casinos de igual manera se les lanzó el exhorto; muchos hicieron como que la virgen les habla.
Este lunes el presidente municipal de Tampico, Jesús Nader Nasrralah, siguiendo la dinámica de acción del jefe del Ejecutivo Estatal, decidió cerrar el centro histórico de la ciudad; será blindado por la Policía Vial, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y Fuerzas Federales, nadie que no tenga nada qué hacer en el centro histórico de Tampico tendrá acceso, nadie.
El pueblo lo aclama, lo pide a gritos, le está exigiendo al gobernante que se endurezcan las medidas… todo parece indicar que el mexicano anhela durante la pandemia el cobro de multas onerosas por no cuidarse y exponer la vida de los demás por no respetar el esfuerzo, trabajo y dedicación de quienes quisieran quedarse en casa pero no pueden y no lo hacen porque están dando todo su esfuerzo por mantener con respiración a este país que es de todos.
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