Ciudad Madero, Tamaulipas.- La Guardia Nacional y personal antidisturbios de la denominada “Fuerza Tamaulipas”, debatieron ante unas 800 familias que invadieron un predio de 25 hectáreas cerca de Playa Miramar, en el que figura como propietario el ex dirigente del PRI Tampico, Benito Torres. Los presuntos invasores portaban machetes, palos y piedras para defenderse de los policías estatales.
Desde el viernes pasado, representantes de 800 familias
del sur de Tamaulipas ingresaron para acampar en la propiedad que según datos
históricos perteneció a Ferrocarriles
Mexicanos, posteriormente al Ayuntamiento de Ciudad Madero, y finalmente
acreditado a un grupo de particulares.
Este domingo un centenar de efectivos antidisturbios de la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas, acompañaron a Alonso Franco Puebla, supuesto dueño del terreno ubicado en el bulevar costero de la Playa de Miramar, la joya turística del estado tamaulipeco pegado al Golfo de México.
Luego de varias horas de alegatos entre los
“paracaidistas” y el comando de policías, arribó con armamento de grueso
calibre personal de la Guardia Nacional, y debatió la situación con los
elementos estatales, quienes gobernados por la paz y diálogo, buscaron un
acuerdo entre Franco Puga y Lupita Mozo, líder del Proyecto Ciudadano
Progresista en Posesión, quien figuraba como vocera de los presuntos invasores
que buscan negociar con los propietarios para hacerse de un terreno.
Lupita Mozo, y sus allegados portaban dos gruesos expedientes que datan de hace más de una década, mientras que Alonso Franco Puebla, defendió la tenencia de la tierra con un fajo de documentos menor al que tenían los allegados a Jesús Andrade Gallegos, quien según el expediente 1452/08 del Juzgado Noveno de Distrito, y la escritura pública un mil 980, presume son propiedad de su representado el empresario y constructor Benito Torres Ramírez, ex dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Tampico, y financiador de campañas políticas en Tamaulipas.
Los manifestantes dijeron que el presidente Andrés Manuel
López Obrador, tenía conocimiento de su movimiento y vitorearon la llegada de
la Guardia Nacional con porras y hurras como “el pueblo unido jamás será
vencido”.
Finalmente se quedaron en el terreno de 25 hectáreas y no
se comprobó con documentos jurídicos, ni bajo la orden de algún juez federal la
tenencia de la tierra para algún particular específico.