Opinión

¿Xenofobia laboral?

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David Ed Castellanos

El salvadoreño Mauricio Ruffatti, recurrentemente llama “ratas”, a los empresarios cañeros mexicanos, y a quienes sugiere incluso, «darles una patada en el pecho» para que dejen de llevar cañas que asegura, «no sirve ni para dárselas a los marranos».

Mauricio Ruffatti, es un centroamericano de nacionalidad Salvadoreña, con una amplia trayectoria en el sector privado y avecindado en la ciudad de México, por lo que desconoce cabalmente el entorno social y económico del país y más particularmente de las ciudades tamaulipecas de Cd. Mante y Xicoténcatl, en el centro sur del estado; municipios cuya economía, dependen en un 80% de la actividad azucarera.

El salvadoreño que llama “ratas” a los industriales cañeros tamaulipecos y con quienes sostiene una relación en los peores términos, fue enfrentado el viernes pasado por el diputado federal de extracción panista Vicente Verástegui Ostos; el político empresario de este sector se cansó de escuchar al salvadoreño, llamarle «ratas» a los cañeros de la región. 

El fin de semana pasado, para ser exactos, el viernes 24 de enero, se difundió en redes sociales un video grabado en el ingenio “Aarón Saenz Garza”,  de la ciudad de Xicoténcatl, donde el legislador panista Vicente Verástegui Ostos y el director corporativo de operaciones de dicha compañía azucarera, Mauricio Ruffati, se enfrentaron cara a cara.

No tiene justificación las palabras empeñadas por el político mexicano, no, no tienen razón de ser.  Es más que claro que un legilador federal, debe guardar las formas y realizar las gestiones necesarias cuando la ocasión lo amerita, con firmeza, sí, pero respetando siempre las instancias y las instituciones, sean estas de índole público o privado, sin distinción.

Sin embargo, fuentes al interior de los ingenios de estas ciudades hermanas, y que por temor a represalias, prefieren el anonimato, señalan que Ruffatti, hostiga laboralmente a los trabajadores, y que sus acciones, van más allá del plano meramente profesional .

Los trabajadores también aseguran que el director de operaciones de los Sáenz, trata a los obreros como viles bestias de carga, y el trato con los superintendentes, tampoco es el mejor, pues gusta de llamarlos mediocres, y no se cansa de asegurar, que cuando llegó a su cargo, creía que la mentalidad del mexicano era distinta, tal y como la de los salvadoreños, que son triunfadores, pero que con lo que ha visto en los ingenios de Mante y Xicoténcatl, puede comprobar todo lo contrario.  

Los mexicanos para Mauricio Ruffati, son como las cañas que dice le llevan: basura. 
La situación, vista desde fuera del ingenio “Aarón Saenz Garza», puede parecer hasta cierto punto, normal, pues la compañía, puede mantener en los cargos, a quienes ellos decidan y bajo las circunstancias que así lo elijan también.

Lo preocupante, es que durante años, la relación entre los cañeros de la región y los Sáenz, ha sido siempre de armonía y cordialidad, pero con el comportamiento de Ruffati, esta estabilidad, puede romperse por la parte más delgada del hilo, y colapsar la estabilidad económica de esta región del noreste del país. 

Han transcurrido los días desde que el diputado federal panista, despotricó en la cara de Ruffatti, que en ese momento permaneció callado y hasta cierto punto se le vio  atemorizado. Otras fuentes internas del ingenio azucarero, aseveran que previo al altercado con el legislador Vicente Verástegui Ostos el centroamericano, luego de parar el ingreso de los camiones de caña y de generar la inconformidad  en el gremio cañero, gritó airadamente a sus superintendentes: «voy a salir a arreglar el problema, porque ninguno tiene los huevos para hacerlo».

Cabe señalar que no fue respaldado por ninguno de sus subordinados, y que al final, y luego de la discusión con el diputado federal, los camiones de caña fueron ingresados, y el proceso, continuó de forma fraccionada.
Sus gritos sirvieron de nada, sus blanquillos de oro que le cuelgan entre las piernas, se hicieron chiquitos ante el tamaulipeco defensor de los cañeros mexicanos… en pocas palabras el salvadoreño se empachó de gritos y guardó silencio. 

La situación entonces en la zona cañera de la entidad, en dónde las situaciones de riesgo se llegan a presentar como en otras regiones del país, es de suma tensión, y si bien es cierto, que la violencia, en cualquiera de sus modalidades, jamás será la solución adecuada para un conflicto, es necesario que los altos mandos de la compañía, echen un vistazo al comportamiento de su director corporativo de operaciones, porque el tema, no es simple y las consecuencias de tomar decisiones de forma visceral y unilateral, pueden ser económica y socialmente peligrosas, pues de ello depende el sustento y la tranquilidad de cientos de familias, que durante décadas, han trabajado mano a mano con los Sáenz, para consolidar el progreso y crecimiento económico de la región, una zona donde la unión, ha hecho la fuerza de Tamaulipas. 

davidcastellanost@hotmail.com@dect1608 

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