Opinión

¡Frenar, frenar, ya el paso!

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Hace poco menos de un mes, la política migratoria de México, aún se encontraba en la disyuntiva sobre el libre tránsito de los ilegales con destino a los Estados Unidos; pero las redadas norteamericanas contra mexicanos, aunado a la desaparición de los 300 millones de pesos que el Gobierno Federal destinaba al Fondo de Apoyo para Migrantes, han puesto en alerta máxima a las entidades fronterizas del país. Una crisis humanitaria se vislumbra al horizonte.

La situación extrema del tema migratorio en el continente americano, se puede observar en el estado mexicano de Tamaulipas, particularmente en tres municipios: Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, separados de Estados Unidos por el peligroso y traicionero río Bravo; tres ciudades donde los refugios se han convertido en una mezcolanza de centroamericanos con una calidad de vida más que reducida; la comida apenas llega a la boca de los refugiados y los problemas de salud comenzaron a ser el nuevo tema, mientras la muerte los acecha sin descanso de día, de noche y madrugada.

Si bien es cierto que el estado de Tamaulipas, ha sido famoso en los informativos nacionales e internacionales por la alta actividad delictiva, en los últimos meses pese al gran flujo migratorio, pocas historias trágicas se han escrito, sin embargo, Oscar y Valeria Martínez, oriundos de El Salvador, regionalizaron la tragedia del mismo fenómeno sirio. Esto pudo haberse evitado, pero la burocracia transformadora negó de entrada los 300 millones de pesos que en el Presupuesto de Egresos se destinaba a las entidades para el Fondo de Apoyo Migratorio (FAM), de los cuales 28.6 millones eran para Tamaulipas, esta entidad que recibe diariamente en Nuevo Laredo, un promedio de 300 mexicanos deportados por Estados Unidos; pero eso no lo es todo, más de 3 mil migrantes extranjeros han saturado los casi 11 albergues en toda la frontera; y por si fuera poco, el Instituto Tamaulipeco del Migrante, sigue el paso de más de mil ilegales en tránsito. En lo general, el estado de Tamaulipas presta principal atención a más de 5 mil personas hombres, mujeres, niñas y niños por el fenómeno migratorio, el mismo que se aproxima a reventar una verdadera crisis humanitaria.

Precisamente, el Director General del Instituto Tamaulipeco para Migrantes, José Martín Carmona Flores, explicó que la cantidad de indocumentados se convirtió en una carga difícil para el Gobierno de Tamaulipas, pues no sólo se trata de ofrecerles alimentación y hospedaje, sino también atención y seguridad, sin descuidar el tema de la salud de cada uno de los centroamericanos, pese a todo esto, y además de que el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, activó una coordinación generalizada con los tres niveles de gobierno para dejar muy claro que Tamaulipas ya no puede recibir más migrantes, mucho menos los que están en espera de retornar a Estados Unidos con sus respectivas visas, el Gobierno de la República, sigue sin abrir la cartera para mejorar la calidad de vida del migrante; Valeria y su padre ya quedaron abrazaditos y boca abajo en el río Bravo, aún así la Cuarta Transformación se hace de oídos sordos, y voltea hacia otro lado como no queriendo ver el infierno que ahora viven los centroamericanos, pero en territorio mexicano, al fin si han de morir ahogados será en el estado tamaulipeco, el mismo que ayer fue señalado por los cementerios clandestinos y las cocinas en donde desaparecieron a miles de ciudadanos, tanto mexicanos como centroamericanos.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608


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