El aseguramiento en un solo día de 460 indocumentados en el estado de Veracruz, refleja la realidad en el continente americano de esta imparable crisis migratoria y/o humanitaria –como usted lo prefiera- al grado que obligó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), emitir el llamado de unidad para la aplicación del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular.
El dichoso pacto que presuntamente debió haber sido adoptado durante diciembre del año pasado, dicta que basados en la cooperación internacional de las naciones se deben crear vías legales para que los migrantes puedan trabajar, estudiar y reunirse con sus familias, reduciendo los motivos de migrar ilegalmente.
De igual manera exhorta a disminuir las deficiencias legislativas que promueven las políticas impositivas y violatorias a los derechos humanos para detener a migrantes; darles acceso a los servicios de salud, independientemente de su estatus legal; otorgar permisos temporales para formalizar su estancia y hasta ofrecer vías para lograr la residencia permanente o la ciudadanía basados en lazos familiares o consideraciones humanitarias.
¿Pero cómo aplicar el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, si ni siquiera el 100 por ciento de la población mexicana tienen acceso a todo lo que pretende la ONU? Solo Dios, el mesías y los políticos de ayer y hoy lo saben.
Mientras tanto en menos de 24 horas, unos 460 migrantes ilegales fueron asegurados en Veracruz, el estado gobernador por Cuitláhuac García Jiménez. Aproximadamente unos 260 fueron detenidos durante una redada en hoteles, moteles y cuarterías del Puerto jarocho, se identificaron a varios menores de edad en el grupo, fue un operativo conjunto simultaneo en las inmediaciones de la central de autobuses en el que participaron personal del Instituto Nacional de Migración (INM), la Secretaría de Marina y cuerpos policiacos locales. Fue un éxito, nadie salió herido.
El otro aseguramiento fue por demás fortuito, quizás los traficantes de personas los dejaron abandonados porque se enteraron que en el Puente Tampico, ese que une a Veracruz con Tamaulipas, ambas entidades pegaditas al Golfo de México, se instaló desde hace días una barricada, una robusta presencia de fuerzas federales y policías de la denominada Fuerza Tamaulipas, y quizás, quizás, quizás por ese motivo los dejaron al garete al interior de una caja de tráiler en un tramo carretero a la altura del municipio de Ozuluama de Mascareñas, una ciudad norveracruzana situada a unos 82 kilómetros de la zona Metropolitana de Tampico. El norte de Veracruz, un auténtico desastre en to-dos los sentidos.
Aunque en verdad no sabemos qué pensaban los traficantes de personas cuando los abandonaron a su suerte, lo cierto es que según el reporte del periodista tampiqueño Alfredo Márquez, los polleros dejaron la caja del camión y luego de más de 12 horas abandonadas, personal de la SEMAR procedió a abrirla; entre los indocumentados había varios menores de edad de entre dos y tres años, todos obviamente fueron atendidos para conocer su estado de salud.
Es triste lo que se vive y se ve por los estados más pegados a la frontera con Estados Unidos, de continuar la política migratoria como hasta ahora, las cosas se pondrán peores y no sabemos qué vayamos a atestiguar en un futuro.
Eso sí, el presidente güero dio la orden de frenar a los ilegales y así lo esta haciendo México; en el mero puerto jarocho como en el sureste mexicano a su manera, más al norte a la suerte migrante.
Y recordad que en Tampico, alguien dijo que no seria títere de Estados Unidos.