Bien dicen que nadie es monedita de oro para caerle bien
a todo el mundo y Carlos Salinas de Gortari, quizá sea el menos agraciado con
el pueblo mexicano… pero ¿hasta dónde podrá subsistir a esta 4ta Transformación
el Sistema Portuario Nacional que se ha venido desarrollando desde 1994 y dejó
como gran legado el mismísimo CSG?
Bajo el estigma del neoliberalismo permitió a México ser
la ventana y puerta hacia muchas naciones en el tema de comercio exterior;
Salinas, considerado por muchos como el gran precursor de la Ley de Puertos,
dejó un imparable desarrollo de infraestructura, no solo en los puertos
marítimos sino hacia al interior del país con carreteras, vías férreas, nuevas
locomotoras y telecomunicaciones necesarias para los servicios portuarios, y de
especialización de cargas diversas (granel, suelta, contenedores, gas,
líquidos, agrícolas, vehículos y hasta bovinos).
Sin embargo, los salinistas sugieren que es importante
voltear a la gran contraparte de las Administraciones Portuarias Federales, que
bajo una figura descentralizada, son el motor de los recursos en cada puerto;
claro, se refieren a las Aduanas Marítimas, que a pesar de contar con todo el
apoyo económico y tecnológico del extranjero con la dotación de rayos X, rayos
gama y sistemas de alerta de control de carga desde la salida de las terminales
públicas, hasta el control aduanero, sigue adoleciendo de un eficiente y eficaz
desempeño.
Ante el inicio de una nueva historia en la política y
servicio público mexicano, los de la 4T tendrán que materializar muchos
de los aspectos que han mencionado, tal como el outsourcing en los servicios
portuarios y aduaneros, pues no debe permitirse más, ya que es ahí donde se
maneja gran cantidad de influencia y dádivas de porcentaje en la asignación de contratos,
servicios o supervisión de las funciones y actividades del día a día.
Presidente Andrés Manuel López Obrador, nadie vería con
los mismos ojos con los que la mayoría ve a Salinas de Gortari, si realiza una
contraloría federal especializada a las Aduanas y Puertos Marítimos, no dudo
que esto permitirá creer aún más en la 4T, ya que usted mismo lo ha dicho, hay
que pregonar y generar transparencia para que se logre más con menos; por eso
urge la profesionalización de un gobierno transformador sin las viejas
prácticas del clientelismo, sin el gasto excesivo de funcionarios, pero sobre
todo, México demanda una mayor competitividad en quienes ocupan los puestos
transformadores para alcanzar estándares de desempeño universal.
A seis meses de gobierno, y claro es entendible que aún
sin cambios significativos en el mando, el sistema aduanero obtiene ajustes
insignificantes, peor aún, habría que echarle un ojo, pues los nuevos titulares
están trayendo a antiguos colaboradores recalcitrantes del extinto Sistema
Portuario de la época 70 a los 80; olvidándose de esos genios connacionales que
están más que preparados y experimentados en otras latitudes porque
desafortunadamente la corrupción que combate firmemente el presidente de
México, no les brindó una oportunidad en nuestro país.
Que la carencia de un Plan Nacional de Desarrollo, no
haga más honda la urgencia de demanda de justicia y bienestar para la mayoría
de los mexicanos que carecen aún de la seguridad de modelos democráticos. Si
bien es cierto que 18 años no bastaron para lograr tener una idea consolidada
de gobernar, los cinco años restantes (5 porque al menos hasta hoy no hay mayor
pretensión), parecen insolventes para lograr cambiar cuatro sexenios de
negocios normativos, y al mismo tiempo tampoco se cree que con el actual
mandato se pueda desarrollar al país, por lo que al termino constitucional
existente, la tentación de una tiranía de permanencia en el poder o la
dictadura de control por medio de los cuerpos castrenses la mencionan muchos.
Por favor, no permita que se distraigan más sus
colaboradores con sus conferencias mañaneras, todos los mexicanos deseamos que
los indicadores de desempeño vayan a la alza, que trabajen a toda su
capacidad, tal y como lo hace usted presidente, no, por favor ya no los
distraiga, que van a acabar con su popularidad y eso nadie lo quiere.