Las víctimas mortales de terremotos en los últimos años llegan a los cientos de miles, y esta cifra pudiera haber sido peor de no ser por rescatistas y perros entrenados para la búsqueda de personas atrapadas entre los escombros.
Cuando una catástrofe de este tipo ocurre, el tiempo es el
principal factor en contra, al paso de los días la esperanza de encontrar a
alguien con vida disminuye, siendo los perros el principal apoyo con el que se
cuenta para realizar esta difícil tarea.
Es por ello que el Laboratorio de Tecnología de Partículas
del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zurich, desarrolla una nariz
electrónica que permite detectar diferentes sustancias como el amoniaco o el
isopreno que el cuerpo libera a través de la respiración y la piel.
Se trata de un dispositivo dotado de tres sensores, que pueden
detectar la presencia de acetona, amoniaco, isopreno, humedad y el CO2, con
gran precisión.
Esta tecnología permite diferenciar entre las moléculas
liberadas a través de la piel (amoniaco), o por la respiración (acetona e
isopreno), o diferenciar entre el CO2 de un humano o del fuego.
Su costo de fabricación es reducido, y existe la posibilidad
de combinarlos con cámaras de infrarrojos y micrófonos para la búsqueda y
rescate de personas, ya solo falta llevarlos a una situación real.