Algunos científicos de la actualidad buscan en el pasado
ideas para el futuro, y es así que surge la idea de utilizar un pigmento
utilizado por los egipcios para enfriamiento de infraestructuras y con ello el
ahorro de energía.
Se trata del llamado azul egipcio, utilizado para
representar a sus deidades y figuras de alto nivel, fabricado a base de
silicato de cobre y calcio, que lo convierte en el primer pigmento sintético de
la historia.
Tras estudiarlo, científicos encontraron que gracias a sus
propiedades fluorescentes, el azul egipcio es capaz de absorber la radiación
solar, y reflejarla en forma de radiación infrarroja.
De acuerdo a científicos del laboratorio Nacional Lawrence
Berkeley en Estados Unidos, este pigmento supone una eficiencia energética del
70%.
La utilización de este pigmento, podría contribuir al ahorro
de energía al reducir la necesidad del uso de aparatos de aire acondicionado.
También se estudia la posibilidad de utilizar ventanas
teñidas de azul egipcio en cuyos alrededores se instalen células fotovoltaicas
que aprovechen la energía reflejada por éste, para generar electricidad.