Opinión

De la agresión verbal al homicidio infantil

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Por extraño que parezca hay países como México, en donde ser niño es más difícil que ser presidente de la nación entera. En nuestro país los infantes se enfrentan sobre todo a la pobreza extrema, matrimonios infantiles, explotación laboral, maltrato físico e infanticidios.

Duele la realidad, duele. Sin lugar a dudas los graves problemas que viven los niños en México ante la falta de condiciones mínimas de bienestar son lamentables, para variar, en los últimos años el acoso escolar ha repuntado, el abandono contra menores de edad se ve en las calles, algunos pidiendo dinero, otros con pistola en mano.

Según UNICEF México, en 2015 había más de 12 millones de chavales mexicanos entre cero y cinco años de edad; representando a esa fecha, el 10.6 por ciento de la población total de los mexicanos, de los cuales el 51% eran niños, contra el 48% de niñas. Pero sus estadísticas indican que en 2014 más del 60% vivían en pobreza y pobreza extrema.

Desgraciadamente desde 1990, los homicidios contra menores de edad han venido en aumento en México, siendo los estados de Guanajuato, Quintana Roo, Tlaxcala y Tamaulipas, donde más violencia sufren los menores de edad, precisamente la madrugada del domingo en la ciudad costera de Tampico, al sur del estado tamaulipeco, muy cerca del norte de Veracruz, una niña de cinco años de edad fue asesinada por un supuesto desconocido que escapó por la ventana de su casa.

De acuerdo con información obtenida de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), la madre de la pequeña Emma, declaró que despertó cerca de las tres de la madrugada, porque sintió la presencia de una persona, al levantarse de la cama, se percató que alguien salía por la ventana, entonces se apersonó al cuarto de los niños, no encontró a la niña, siguió su búsqueda y la nena de cinco años estaba tendida en el sofá de la sala; pensó que estaba dormida, la cargó para llevarla a la habitación, “resbaló” -dijo-, enseguida llamó a las corporaciones de seguridad pública para denunciar que su pequeña hija no tenía signos vitales.

A más de 72 horas, los investigadores de la PGJE, no han logrado la captura del hasta ahora único sospechoso, un hombre de aproximadamente 1.70 m de estatura, la oscuridad de la noche no permitió a la afligida madre dar más información a las autoridades. El caso tiene consternada a la población tamaulipeca, incluso, ha rebasado la división geográfica, duele.

Pero igual cala que los medios de comunicación desinformen, en la ambición de ser los primeros en contar según ellos la historia detallada; pero la pequeña Emma, jamás fue apuñalada como algunos mal informaron; el reporte pericial refiere que murió por asfixia; otros aún más irresponsables han asegurado que horas antes de que el sujeto le arrebatara la vida a la niña, atacó a otras cuatro mujeres que disfrutaban de una fiesta, obligándolas a tocarse, sin embargo, según el reporte periodístico lograron someterlo, amarrarlo y escapar del asesino, pero como la policía no llegó por el presunto homicida, éste logró escabullirse. Ahora en la nota aseveran que es el mismo sujeto que mató a la niña, ¿y cómo lo saben si la mamá apenas notificó respecto a la estatura del agresor? ¿Ellas, el reportero y la casa periodística tienen información para esclarecer el homicidio de Emma? 

Bien dice el compa René, de Calle 13, una noticia mal contada es como un asalto a mano armada. Ahora por la desinformación una sociedad está aterrorizada y cada día más desinformada.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

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