Hace 12 años la vida de Andrés Manuel López Obrador, Eugenio Javier Hernández Flores y Elba Esther Gordillo Morales, quedó marcada y entrelazada para siempre. Los intereses, la ambición y el poder, han sido el factor de enlace entre estos tres personajes de la pasada, presente y futura vida política mexicana.
Desde la confrontación de Roberto Madrazo Pintado y Emilio Chuayffet contra Gordillo Morales, allá por el 2003 la maestra decretó que si Roberto iba a ser el candidato a la presidencia de México, ella se encargaría de hacerlo perder y ridiculizarlo; apenas transcurrieron tres años y en 2006 la señora degustó su frío, pero suculento plato de venganza negociando con Eugenio Javier Hernández Flores, entonces gobernador de Tamaulipas un “favor” al panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, para convertirlo en presidente de la República, derrotando a Madrazo Pintado, y fraguado así la imposición fraudulenta de un régimen de corrupción e impunidad que tanto daño ha causado a los mexicanos, según escribió en sus redes sociales el 24 de abril de 2017 el ahora presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
Eso fue en el pasado. Ya entrados en el presente, Eugenio Hernández, “su servidor”, y último líder priísta natural verdaderamente amado de Tamaulipas, está encarcelado en el Altiplano, pagando los platos rotos de las travesuras hechas con aquella pandilla liderada por Fox y Calderón, en contra de El Peje, pues todos unidos por ningún motivo iban a permitir en 2006 que el tabasqueño llegara a Los Pinos.
A más de diez años y viendo hacia el futuro, AMLO asumirá la presidencia de México; Elba Esther, buscará nuevamente la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE); mientras que Eugenio Javier, sigue dándole la cara a su proceso de extradición a Estados Unidos por el presunto delito de lavado de dinero y asociación delictuosa.
Elba, Andrés y Eugenio son la muestra viviente de que aveces se está arriba y otras abajo, mientras que desafortunadamente los jóvenes de México creen que todo es bala, matanza, secuestros, halconeo, misoginia y narcoseries, adquiriendo comportamientos que engrandecen la vida de los capos de la droga, los hombres de poder en México que tuvieron que desvirtuar su negocio natural convirtiéndolo en delincuencia organizada.
Ahora sí señor presidente electo, como textualmente lo escribió en sus redes sociales en abril de 2017, “nosotros seguimos luchando contra la mafia del poder y del dinero para acabar con la corrupción y lograr el renacimiento de México.”
Que así sea, y no terminen formando otra pandilla mafiosa.
davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608