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La Guardia Nacional Bolivariana, es uno de los cuatro componentes que conforman la Fuerza Armada Nacional de Venezuela fundada en 1937, pero no es el tema; por ahora hablaremos de la Guardia Nacional propuesta por el próximo gobierno federal en México que presidirá Andrés Manuel López Obrador.

Para abordar a detalle el tema del nuevo modelo de seguridad al interior con el llamado de 50 mil nuevos elementos, ciudadanos jóvenes, con renovados conocimientos policiacos, fue necesario entablar un diálogo con Marinos, Militares, Policías Federales, quienes coincidieron en su mayoría en algo, “nada nuevo”.

La coincidencia es dramática y desalentadora, primero que nada por considerar que el empezar de cero con personas de nulo conocimiento en el ámbito de seguridad requiere de mucha inversión, tiempo, y cuando hablan de tiempo, se refieren a por lo menos cuatro años para ver los resultados.

Fue el senador Félix Salgado Macedonio, presidente de la comisión de seguridad, quien al muy estilo de la política decadente, mencionó que no quieren a policías viejos, corruptos, amañados ¿entonces quienes capacitarán a esos 50 mil nuevos elementos?, ¿la Guardia Nacional Bolivariana o la Marina norteamericana?, si todos los actuales son corruptos; si la estrategia actual que les llena la boca diciendo que no sirve, entonces, ¿a qué se refieren?

Personal de la Secretaría de Marina, como de la Defensa Nacional, hasta cierto punto cansados y/o fastidiados de ver cómo se denigra la imagen de sus instituciones, llegaron a imaginar que la ya no tan nueva Gendarmería, sería un proyecto que los regresaría a los cuarteles a principios de 2019, sin embargo, no parece que vaya a suceder, y ésta división de la Policía Federal, se tomó como ejemplo.

La “nueva” Gendarmería, también fue un proyecto similar a lo mencionado por los próximos gobernantes, y no, no es que haya fracasado o no muestre resultados, hay mucho trabajo que no ha salido a la luz pública precisamente por una mala comunicación política, por consiguiente sus logros no son difundidos en los medios de comunicación, pero en verdad que han dado resultados, aún así, hay todavía más por hacer y mucho tiempo el que debemos esperar los ciudadanos para alcanzar los niveles de percepción deseados.

Entonces la creación de algo nuevamente igual, traerá consigo la misma historia, requerirá de tiempo, trabajo, esfuerzo; ejecutarán operativos y darán resultados, pero la gente no los verá. Actualmente con la Gendarmería, como con la próxima Guardia Nacional, los resultados se irán notando poco a poco, no en 4, 5 o 6 años…  la gendarmería tiene 48 meses desde su creación y por mencionar algo de su trabajo, según sus propias estadísticas han logrado disminuir al 0 por ciento el robo a ferrocarriles en las cuidades de Celaya e Irapuato, Guanajuato; también en Orizaba, Veracruz; así como importantes y por demás valiosos decomisos  de armas, drogas, hidrocarburo sin acreditar sus procedencia, en Reynosa, Tamaulipas, desde enero de 2017 a la fecha; entre otras acciones, éstos son solo por mencionar algunos. “Hay jale”, aseveran las Fuerzas Federales.

Pero los venideros gobernantes quieren generar una Guardia Nacional de 50 mil nuevos elementos quienes decidirán a donde quieren pertenecer, SEDENA, SEMAR o Policía Federal, pero en la contradictoria las voces  que recriminan el actuar y presencia en las calles de Marina y Defensa Nacional, al no estar facultadas para las actividades de seguridad pública, ¡ah!, pero otros de las mismas fracciones de poder político ahora sí quieren darles esa facultad de acuerdo a un arco jurídico que justifique su actuar, ¡ya no les entendí!, son muchas voces de comandantes ordenando y pocos generales orquestando ¿dónde quedó la voz que aseguró la actual es una estrategia fallida  con el Ejército y Armada de México en las calles?

Nuestro casi presidente Andrés Manuel López Obrador, dice que esos 50 mil elementos no usarán la violencia, actuarán bajo estricto apego a los derechos humanos, -estoy a punto de reír y llorar al mismo tiempo- pero deseo de todo corazón que la delincuencia organizada tenga piedad de esa nueva Guardia Nacional, porque si las nuevas generaciones de policías no usan una escala de protocolo en relación a la fuerza policial, entonces tendrán problemas, pues los delincuentes no se tratan con rosas, peluches y chocolates, no señores, los criminales son despiadados, no hay remedio, ya sea por necesidad, por pobreza, por el motivo que le quieran argumentar, son delincuentes, aunque los elementos de las Fuerzas Federales que se enfrentan a ellos, no justifican para nada que el ser pobre los obligue a ser malhechores, son pillos por iniciativa y decisión propia, aunque igual sería que hay muy pocos  empistolados por obligación, aquellos que fueron secuestrados y obligados a trabajar para los cárteles.

En conclusión, personal de las Fuerzas Federales, coinciden en que no hay nada claro en la próxima estrategia, y en contraataque subrayan que la mayoría del equipo de trabajo de AMLOVE, son dinosaurios políticos, poniendo en duda el verdadero cambio, y que esta estrategia de seguridad que alardean, viene siendo lo mismo, solo que con otro nombre pero con los mismos resultados.

Por tanto, sugieren no crear un nuevo grupo de seguridad, sino fortalecer el existente, realizando cambio de comandantes, mandos, quitar a la gente que lleva mucho tiempo en las instituciones y no dejan crecer a los demás, actualmente existen mandos superiores sin experiencia, gente que fue administrativo pero nunca operativo, comandantes con altos sueldos, con grados y cargos bien remunerados económicamente  y no saben cómo trabajar en campo, sabe más la tropa que un pseudo comandante administrativo.

Ya no hablemos de todos aquellos que podrían infiltrar los criminales entre estos nuevos 50, ¿dónde está lo novedoso en esta nueva estrategia?, es la pregunta.

Al final será el mismo resultado, la delincuencia organizada no tiene más remedio que darles piso, porque ellos nunca dan segundas oportunidades, los delincuentes no se rigen bajo los derechos humanos, porque éstos parece que están escritos para cuidar y proteger a criminales; éstos son hechos reales, es el sentir al interior de las instituciones de seguridad pública y fuerzas federales, en donde muchos ven perdida una gran parte de la esperanza.

Bienvenido a Tamaulipas mi próximo presidente.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608

 

foto: Internet

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Opinión

Seguridad, inteligencia y la encrucijada

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La reciente baja en los homicidios dolosos en Tamaulipas no debe interpretarse como una estampita de triunfo o como esas estrellitas que pone en la frente de los niños la maestra del kinder, no, esas estadisticas se deben asumir como una tregua frágil que exige inteligencia real, reformas quirúrgicas y un entendimiento profundo de cómo muta la criminalidad en el noreste de México.

Entre enero y octubre de 2025, la entidad redujo en 43.2 por ciento su promedio diario de asesinatos. Un descenso significativo, sí, pero que no necesariamente refleja desarticulación criminal, sino ajustes tácticos, reacomodos y nuevas formas de operar. La violencia dejó de anunciarse con estruendo; ahora se mueve con sigilo, logística, drones, uno que otro coordinador de la policía estatal de la Secretaría de Seguridad Pública.

Por eso es que el gobernador Américo Villarreal Anaya no dudó en declarar que su administración mantendrá y ampliará la inversión en sistemas de inteligencia, acompañada de modificaciones legales que buscan cerrar espacios de impunidad. Son movimientos necesarios. La tipificación del simple hecho de portar ponchallantas y la prohibición para que chatarrerías reciban cobre sin acreditar origen apuntan a desmantelar engranajes que facilitan otros delitos, pero además, es un duro golpe a las finanzas delincuenciales.

Pero el desafío no está en las leyes, sino en su ejecución. Tamaulipas enfrenta un crimen organizado que ya no solo controla territorios, aunado a ello, administra economías paralelas, compra voluntades y se infiltra en mercados aparentemente inocuos. Los decomisos recientes de drones utilizados por grupos criminales exhiben que la disputa territorial ahora tiene componentes tecnológicos que requieren una inteligencia más sofisticada que el simple patrullaje, y qué decir de la banda de hampones que tenia un call center para extrosionar desde el CEDES Reynosa, en fin.

La Mesa de Seguridad, el enlace con el Congreso y la interlocución con el diputado Humberto Prieto Herrera pueden acelerar los ajustes normativos, pero el verdadero camino es más profundo todavía; se trata de cortar el financiamiento criminal, blindar los mercados vulnerables, reforzar capacidades municipales y profesionalizar cuerpos policiales que todavía dependen más de la intuición que de la analítica, por eso mismo, el estulto que pretenda municipalizar las policias no es más que un emisor de la delincuencia, y si no lo es, eso indican sus intenciones.

Bajar la incidencia es un logro, pero, mantener la gobernabilidad, un reto que no cualquiere puede en Tamaulipas, y sobre todo, construir paz es la  gran deuda de todos.

 En la intimidad… Mientras la agenda pública gira en torno a drones, normativas y mesas de seguridad, lejos de los reflectores el rector Dámaso Anaya Alvarado empuja una transformación igual de importante, aunque menos estridente, “El Plan de Cultura de Paz 2026”, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Talleres en facultades, diagnósticos participativos y la mano directa de la Defensoría de los Derechos de los Universitarios están delineando un documento que busca algo que el sector público suele olvidar: escuchar primero, actuar después.

La UAT quiere fortalecer la convivencia, asegurar entornos libres de violencia, atender la salud emocional y reforzar una cultura de igualdad y no discriminación. Es un movimiento lento, académico, profundamente humano, pero necesario para cualquier estado que aspire a consolidar paz más allá del discurso.

A veces, mientras la seguridad se discute en mesas estratégicas, la paz verdadera se está construyendo en un salón de clases.

Por cierto, ahora si que se pusieron de acuerdo porque la tercera de los Villarreal, me refiero a la Presidenta Municipal de Tampico, Mónica Villarreal Anaya, encabezó este lunes la Ceremonia Cívica de Honores a la Bandera en la Escuela Secundaria General No. 4 “Andrés Araujo Araujo”, donde además dio inicio la segunda etapa del Programa “Salud Socioemocional”, iniciativa orientada a fortalecer el bienestar emocional y la sana convivencia entre estudiantes.

La alcaldesa destacó la importancia de dar continuidad a este programa, impulsado por el Ayuntamiento de Tampico en coordinación con la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (FADYCS) de la UAT, con el apoyo de estudiantes de la Licenciatura en Psicología.

“Estamos convencidos de que el bienestar emocional de nuestras y nuestros jóvenes es fundamental  para construir una ciudad más unida, empática, y con mejores oportunidades. Por eso, este programa beneficiará a un promedio de 8, 144 alumnos y ampliando su cobertura a 638 docentes de trece secundarias publicas de nuestro municipio», expresó.

La autoridad municipal reiteró el compromiso de su administración con la educación, señalando que se continúa apoyando a las escuelas en necesidades como equipamiento de aires acondicionados e impermeabilización, al considerar que la educación es clave para el desarrollo de Tampico.

En su intervención, la directora de la FADYCS, Dra. Elda Ruth de los Reyes Villarreal, subrayó que se está brindando atención integral a la salud mental desde la adolescencia hasta la etapa adulta, y que Tampico es el primer municipio en recibir este programa, con la intención de extenderlo posteriormente a otras localidades.

davidcastellanost@hotmail.com
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Opinión

AMLO vuelve con Grandeza

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Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com
Andrés Manuel López Obrador vuelve a los titulares, pero no solo como una figura política ni como el ex presidente de México. Vuelve como escritor con la obra titulada “Grandeza”, el primero de una serie dual, cuya continuación se titulará “Gloria”. Podríamos hablar de su ejercicio literario en sí, sin embargo, más allá de su contenido, ha reactivado conversaciones sobre su presencia pública y sobre los temas que siempre han atravesado su discurso: la identidad nacional, las raíces

indígenas y la disputa constante por la narrativa política del país.

El regreso de AMLO, marca el escenario nacional, en medio de fuertes cuestionamientos al poder, movimientos nuevos surgiendo desde la inconformidad, no es casualidad que reitere su proceso de jubilación, pero también el constante apoyo al mando en turno, pues sostiene que volvería a las calles si la soberanía o la democracia se vieran amenazadas o para defender a Sheinbaum

de un golpe de Estado.

Lo primero que salta a la vista es que López Obrador vuelve uniéndose a una larga tradición de políticos que escriben para interpretar su paso por el poder. Sin embargo, en su caso, la intención parece ir más allá del balance gubernamental. Desde el título mismo, “Grandeza” apunta a la búsqueda de un relato sobre México que reivindique la fuerza moral del pueblo, especialmente de aquellos que han sido históricamente invisibilizados. Aquí, AMLO retoma uno de los ejes centrales de su discurso: la reivindicación de los pueblos indígenas como base ética y cultural del país.

Este punto merece detenernos. México presume su diversidad cultural, pero la mayoría de sus políticas, instituciones y espacios de visibilidad siguen operando desde parámetros occidentales. AMLO insiste en mirar hacia las raíces indígenas no solo como un acto de reconocimiento, sino como una apuesta de futuro. La pregunta es si esta insistencia realmente se traduce en políticas transformadoras o si queda en el terreno simbólico. Lo cierto es que, en un país que suele desplazar a los pueblos originarios a un plano folclórico, cualquier llamado a asumir su vigencia política y cultural es necesario, incluso cuando viene acompañado de controversias.

La visibilidad de las culturas indígenas hoy importa porque pone en tensión  nuestra forma de entender el desarrollo. En tiempos en los que seguimos midiendo el progreso por indicadores económicos, recordar que existen otras formas de organización social, otras maneras de relacionarnos con la tierra y otras narrativas de comunidad, resulta un gesto revolucionario. Este recordatorio, aunque provenga de una figura política, con un posicionamiento claro de izquierda, tiene fuerza simbólica y debería ser tomado en cuenta por cualquier administración presente o futura.

Poner atención a las culturas y pueblos indígenas es centrarnos también en el origen de México, pues la cosmovisión de cada cultura también abre panoramas de diálogo hacia nuevas formas de organización e incluso de autocuidado. Estas perspectivas nos ayudarían a vislumbrar otras maneras de llevar a cabo lo que hoy entendemos como progreso.

Ahora bien, ¿qué significa políticamente la aparición de AMLO en este momento? Su libro funciona como un recordatorio de que sigue ahí, observando, opinando, moldeando. No es un ataque directo a la gestión actual, pero tampoco un retiro silencioso. Para algunos, su regreso complica la consolidación del nuevo liderazgo político; para otros, su presencia garantiza que la agenda social que impulsó no se diluya. Lo cierto es que su figura aún moviliza emociones, tanto de respaldo como de rechazo, y en un país donde la percepción pesa tanto como la estructura, eso tiene impacto.

En última instancia, “Grandeza” y la reaparición de AMLO nos recuerdan que México sigue en disputa: por su narrativa histórica, por su identidad cultural y por el rumbo político que debe asumir. Y quizás esa sea la parte más valiosa de este regreso: obligarnos a mirar de frente nuestras raíces y preguntarnos si, como país, estamos listos para construir grandeza en plural, no solo en discurso.

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Opinión

Tampico al rescate de Tamaulipas… la que sigue 

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Tampico volvió a dar un paso adelante donde el resto del estado sigue sin avanzar. Mientras los 43 municipios de Tamaulipas enfrentan los mismos embates climáticos —olas de calor más intensas, pérdida de áreas verdes y una presión creciente sobre los ecosistemas urbanos— solo uno decidió asumir el reto con la seriedad que exige la crisis ambiental: Tampico. Y detrás de esa determinación hay un nombre que en Morena comienza a convertirse en referente obligado cuando se habla de políticas públicas verdes: Mónica Villarreal Anaya.

El programa de reforestación y arborización que impulsa su administración no solo es el más ambicioso en la entidad; es el único con un diseño técnico, operativo y cartográfico que permite intervenir con precisión zonas críticas de calor. Tampico está haciendo lo que no hace ningún otro municipio de Tamaulipas. Y lo está logrando sin haber destinado recursos públicos directos. La Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Ecología lo confirma con números que ya no son promesas, sino resultados verificables.

José Rogelio Ontiveros Arredondo, titular de la dependencia, sintetizó el alcance de la estrategia: no se ha invertido un solo peso del erario y aun así se han plantado 5 mil 100 árboles en 30 hectáreas distribuidas en medio centenar de colonias. El avance fue posible por donaciones, convenios y la producción constante del vivero municipal, una pieza que hoy funciona como la columna vertebral del proyecto ambiental de la ciudad.

La infraestructura verde que está levantando Tampico no surge por inercia. Desde el arranque de la administración, el vivero ha producido 160 mil semillas, 19 mil plántulas propias y 8 mil más derivadas de un convenio con Grupo México. En total, 27 mil plántulas que han comenzado a poblar 12 plazas y parques. A ello se suman 2 mil 193 especies donadas, 350 árboles aportados por particulares y 162 entregados por asociaciones civiles. El tejido social se activó porque el municipio generó una ruta clara y un objetivo tangible.

La estrategia tiene un fundamento técnico inédito en el estado. Ontiveros Arredondo lo explicó con claridad: Tampico es el único municipio de Tamaulipas que ha logrado identificar y delimitar formalmente sus áreas de calor urbano, un diagnóstico que permite intervenir con rapidez en zonas donde el asfalto, la infraestructura y la falta de sombra vegetal elevan drásticamente la temperatura.

Cuatro sectores concentran los puntos más críticos: la zona de aterrizaje del aeropuerto internacional Francisco Javier Mina; el Mercado Gastronómico del Mercado Municipal; la Ciudad Deportiva; y el sector El Zapote, cercano al basurero municipal. Estas áreas, por su composición urbana, absorben y liberan calor con mayor lentitud, intensificando el impacto térmico sobre la población. Contar con este análisis permite actuar donde realmente hace falta.

Pero lo más relevante es el salto tecnológico que Tampico decidió dar. El municipio seguirá utilizando imágenes del satélite Landsat 8, operado por la NASA y el Servicio Geológico de Estados Unidos. Las lecturas multiespectrales e infrarrojas captadas cada 16 días por los sensores OLI y TIRS permiten monitorear la temperatura superficial, la evolución de la vegetación y los cambios en el uso de suelo con un nivel de precisión que normalmente solo se observa en programas federales o estatales, no en gobiernos municipales.

Mónica Villarreal Anaya instruyó mantener el monitoreo constante y ampliar las intervenciones en colonias con déficit de áreas verdes. Esa decisión coloca a Tampico en una ruta distinta: una ciudad que no improvisa, que no simula, que entiende que el cambio climático no admite discursos huecos ni acciones aisladas.

En la política tamaulipeca, donde los temas ambientales suelen diluirse entre prioridades de coyuntura, Villarreal Anaya se ha posicionado como la figura de Morena que realmente convierte el discurso verde en política pública medible. Mientras otros municipios siguen debatiendo sus propias inercias, Tampico ya trabaja con ciencia, datos, satélites, viveros y participación ciudadana.

El estado necesita más liderazgo climático. Y hoy, guste o incomode, ese liderazgo tiene nombre, origen y municipio. Tampico está marcando la pauta. Y Mónica Villarreal Anaya se ha convertido en la voz más consistente dentro de su partido en defensa del medio ambiente y del futuro que nos urge construir.

En la intimidad… Lo más triste es que ella cree que es la que manda. “Puso” a Ernestina Godoy en lugar de Alejandro Gertz Manero. 

Todo mal, y lo peor, es que las embarra a todas con “A”.

davidcastellanost@hotmail.com

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La fractura interna que amenaza al gremio inmobiliario

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El escándalo nacional que recientemente sacudió a la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios dejó en evidencia que varias secciones en el país operan sobre estructuras debilitadas, procesos poco claros y liderazgos que, lejos de fortalecer al gremio, han provocado tensiones acumuladas. En Tampico, esa presión terminó por estallar.

La última sesión ordinaria de AMPI Sección Tampico derivó en un clima de confrontación que sorprendió incluso a quienes llevan años participando en la vida interna del organismo. Gritos, acusaciones y señalamientos sustituyeron el diálogo que debería predominar en una asociación profesional. Lo ocurrido no fue un incidente aislado: es el síntoma más visible de un conflicto que se ha agudizado en los últimos meses.

Diversos asociados atribuyen esta situación al estilo de participación que ha ejercido Marely Zubaran dentro del consejo directivo. Su llegada a la vicepresidencia estuvo acompañada de tensiones, y desde entonces —según coinciden múltiples integrantes— se han generado fricciones con una cantidad inusual de miembros. El estilo confrontativo y la búsqueda constante de imponer decisiones han fragmentado la estabilidad que históricamente caracterizaba a esta sección.

Uno de los puntos que más molestia ha provocado es la presunta operación orientada a intentar excluir del proceso electoral a una candidata con alta aceptación, la asociada Lessly Pineda. Testimonios señalan a Eduardo Leal, esposo de Zubaran, como quien habría filtrado información interna con el objetivo de perjudicarla. Este tipo de maniobras, de comprobarse, representaría una violación a los principios básicos de transparencia y ética que deben regir la vida interna de la asociación.

A ello se suma el malestar manifestado por expresidentes y consejeros consultivos, quienes aseguran haber sido marginados de actividades y eventos organizados a nombre de AMPI. Algunos de ellos señalan que Zubaran ha acudido incluso a actos oficiales con autoridades municipales sin contar con la representación formal de la asociación, lo que ha generado confusión y preocupación por el uso indebido del nombre institucional.

Todo esto ocurre en un momento especialmente delicado. El proceso interno rumbo a 2026 ya comienza a mover aspiraciones, negociaciones y expectativas. En este escenario, un sector amplio del gremio considera que el “ascenso” directo de Zubaran a la presidencia del AMPI Sección Tampico podría profundizar las fracturas existentes y provocar una salida masiva de asociados, temerosos de que la asociación quede sometida a una participación que privilegie decisiones unilaterales y mantenga un ambiente de disenso permanente.

La estabilidad de AMPI Tampico no es un tema menor. Se trata de una organización clave para el sector inmobiliario, donde la credibilidad, la certeza jurídica y la cohesión interna son esenciales para atraer inversiones, ofrecer servicios confiables y mantener una relación seria con instituciones públicas y privadas. Permitir que la división avance sin control podría poner en riesgo esa credibilidad y deteriorar la imagen de un gremio que ha trabajado durante años para posicionarse como referente regional.

Lo ocurrido en la sesión reciente debe verse como una advertencia. AMPI Tampico todavía está a tiempo de recuperar la institucionalidad, de reconducir su vida interna hacia el respeto y la profesionalización, y de impedir que los intereses personales desplacen a los objetivos colectivos. Lo contrario significaría perpetuar un conflicto que ya dejó de ser un asunto interno para convertirse en un problema que afecta la imagen del sector inmobiliario en toda la región.

En la intimidad… La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), a través de la Facultad de Medicina Matamoros, organizó diversas actividades que permitieron a sus estudiantes acercar su labor social y humanista en beneficio de la población más vulnerable, reforzando con ello la formación profesional y vocación de servicio.

En ese sentido, la institución universitaria programó una serie de acciones solidarias que mejoran la calidad de vida de niñas, niños, jóvenes y adultos mayores de la región, consolidando a la UAT como un agente activo de transformación social que promueve un entorno más justo, empático y saludable.

Como parte de esta labor se entregaron cobertores a la Casa Hogar del Niño Matamorense, apoyo que benefició a niñas y niños en situación vulnerable.

En otro gesto de acompañamiento social, se realizó la tradicional entrega de calcetines a la Casa Club del Adulto Mayor, beneficiando a más de 300 adultos mayores con una acción que promovió la empatía y la sensibilidad hacia este sector.

Asimismo, se hizo la entrega de juguetes al Sistema DIF Matamoros y al Jardín de Niños Villa del Refugio, reforzando una vez más la importancia de la solidaridad y el sentido de responsabilidad social en la formación médica.

Se llevó a cabo también la entrega de tapitas para los programas sociales altruistas contribuyendo al apoyo de tratamientos contra el cáncer para personas que más lo necesitan, en una acción que no solo representa un gesto de unión y empatía, sino que también fortalece la conciencia sobre la importancia del reciclaje como práctica cotidiana para el cuidado del medio ambiente.

Las actividades siguieron con la donación de piñatas al Jardín de Niños del Ejido La Luz, llevando alegría a la niñez y fortaleciendo los lazos comunitarios. De igual forma, la comunidad estudiantil y docente llevó cuentos, libros de colorear y colores a la Casa Hogar del Niño Matamorense, así como a la Escuela Primaria Miguel García Posada, fomentando la creatividad y el aprendizaje de la niñez.

Estas acciones responden a las líneas del Plan de Desarrollo Institucional del rector de la UAT, Dámaso Anaya Alvarado, donde el humanismo, el servicio y la transformación social constituyen pilares fundamentales de la educación y la vida universitaria.

davidcastellanost@hotmail.com

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