Opinión

Peña y Vidal a la … mar

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La Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR), tiene la misión de emplear su poderío para la defensa exterior y coadyuvar en la seguridad nacional al interior. Ampliar sus capacidades para la defensa y contribuir al desarrollo del país es esencial.

La Marina que ahora también se preocupa por desmentir los mensajes lanzados desde Tamaulipas para trastocar su lealtad a los mexicanos, sigue haciendo uso de todas sus funciones para garantizar el bienestar de los ciudadanos y contribuir en la medida de los posible al desarrollo tecnológico-económico de México, y últimamente ha redoblado esfuerzos en sus trabajos para incrementar  sus capacidades en el ámbito marítimo.

En un romántico comunicado de prensa, por cierto que es otra de las áreas en donde se ha notado el constante compromiso de la SEMAR por informar a los mexicanos que en la institución no sólo se trata de balas y temas de operativos técnico-especiales contra delincuentes de alto impacto, emitió este boletín amoroso en el que explica que la mar como escenario, desde los albores de la humanidad ha tenido una gran importancia política, económica y estratégica y ha dado especial relevancia a las sociedades que lo han incorporado como parte primordial en sus proyectos.

En ese sentido, el mar representa para un Estado, un sistema de continuidad vital, el cual asegura la subsistencia en muchas partes para dicho estado, mientras que el Poder Naval y la estrategia para el desarrollo de este poder, contribuyen a la soberanía y cumplimiento de objetivos en todo el espacio marítimo.

Dada la explicación para todos, incluido claro, el más popular de los mexicanos. Como parte del fortalecimiento de las capacidades a corto, mediano y largo plazo, es que desde el año 2002, en la SEMAR se desarrolla un programa permanente para la modernización de buques, el cual ha permitido incrementar su operatividad, con base a sus necesidades como Autoridad Marítima Nacional en funciones de guardia costera, salvaguarda de la vida humana en la mar, llegando incluso, más allá de las 200 millas náuticas (Alta Mar) cuando es necesario, en misiones de búsqueda y rescate, para llevar ayuda humanitaria internacional; en operaciones de vigilancia marítima, aérea y terrestre para la detección y detención de personas que realizan actividades ilícitas en la mar; así como en el entrenamiento del personal naval para la defensa de la nación.

Así es como el Programa de innovación ha otorgado resultados importantes tales como; la construcción de patrullas interceptoras, costeras, oceánicas y oceánicas de largo alcance; la construcción de la flota menor de PEMEX, todas ellas ni más ni menos que fabricadas en los astilleros nacionales, coadyuvando así a que esta dependencia estratégica del Estado de mexicano no emplee más recursos en el extranjero, salvo los necesarios, manteniendo la inversión en el país; de igual manera se han generado fuentes de empleo con una preparación técnica de alto nivel.

Con la construcción y mantenimiento de los buques, se establece una cadena logística nacional (se consume lo que México produce), contribuyendo a la economía del país y se ha gana terreno en autonomía tecnológica, así como los beneficios indirectos para la sociedad aledaña a los astilleros y a las empresas nacionales que proveen materias primas para tal fin.

Las mismas necesidades de salvaguardar la seguridad nacional, le han permitido a la SEMAR desarrollar un Prototipo de Unidad Naval, con sensores y sistemas de detección avanzados que permitan reconocer y aprovechar el entorno marítimo, coadyuvando con otras autoridades para los trabajos de recolección y procesos de información, que son la principal estrategia para optimizar las operaciones marítimas de la Armada de México.

A la fecha, transcurriendo los últimos meses del peñanietismo “Moviendo a México”, la flota naval mexicana se construye al cien por ciento en nuestro país, con insumos y mano de obra 100 por ciento mexicana, sin embargo, se requiere de la implementación de la más avanzada tecnología con el fin de incrementar la capacidad operativa, dar mayores y mejores resultados a nuestro país a través de las operaciones navales.

Por cierto, aunque en México hace falta más inversión en ciencia y tecnología, la Marina tendrá en la Patrulla Oceánica de Largo Alcance, que es un diseño que ha probado su éxito internacionalmente, el buque con más tecnología de América Latina, se encuentra en una fase avanzada construcción, con un 70 por ciento de su casco concluido, esta embarcación representa en su proceso un salto tecnológico para nuestro país en materia de construcción naval, ya que a través de un convenio con la compañía DAMEN de Holanda (Convenio de Cooperación Tecnológica), se realizó transferencia de tecnología y conocimientos, los cuales serán aprovechados para toda la flota naval de nuestro país. Esta unidad de elevadas capacidades operativas se construyó a base de un sistema modular de seis partes, de los cuales dos fueron construidos en Holanda y los cuatro restantes en el Astillero de Marina Número 20 de Salina Cruz, Oaxaca; por cierto ya están listos cinco módulos.

Esta técnica de construcción representó un ahorro significativo, ya que sólo 15 meses después de oficializado el proyecto de su construcción, el casco se encuentra completamente terminado en dique seco, habiendo iniciado ya la fase de instalación de las superestructuras, teniendo considerado concluir este gran proyecto de construcción en el mes de noviembre con la botadura del buque para iniciar su fase de alistamiento y pruebas; lo que lo hace una realidad inalterable y un logro tecnológico histórico para nuestra industria naval.

¡Larga vida a Peña y viva Vidal!

Ya volviendo a la seriedad; en este sentido, para la transferencia tecnológica se ha logrado establecer la cooperación entre la Armada de México y las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, así como con países como Holanda, Suecia e Italia, entre otros, con quienes se mantienen alianzas que dotan de capacitación y entrenamiento especializado a la SEMAR.

Por cierto, antes de que se me olvide, la Fiscalía Especializada en Investigación de los Delitos de Desaparición Forzada (FEIDDF), de la Procuraduría General de la República (PGR), ejerció su facultad de atracción por especialidad de la carpeta de investigación iniciada tras el hallazgo de pancartas alusivas a víctimas desaparecidas en Nuevo Laredo, Tamaulipas, así como un arsenal, localizados en un inmueble de esa ciudad fronteriza.

Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional informaron que ubicaron en un domicilio de la colonia Benito Juárez, pancartas, así como armamento diverso, por lo que solicitaron la presencia de agentes del Ministerio Público de la Federación, acompañados de policías federales ministeriales y personal de Servicios Periciales.

La particularidad de las 137 pancartas, es que son iguales a las usadas por manifestantes en bloqueos y protestas contra la Marina Armada de México, de acuerdo a las revisiones hechas por los peritos y agentes de la PGR.

davidcastellanost@hotmail.com

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