Opinión

Todo bajo control 

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@dect1608

“La vida es una perpetua campaña electoral. Y los buenos a veces también ganan haciendo trampa”, Merlí Bergeron, el rebelde profesor de filosofía que lo conquistó todo desde Netflix.

El presidente de todos los mexicanos Enrique Peña Nieto, recibió en Palacio Nacional al próximo mexicano que llevará las riendas de la nación, Andrés Manuel López Obrador, con quien sostuvo una reunión cordial y amistosa de casi dos horas en la que abordaron temas relacionados al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), seguridad, el futuro de la construcción del nuevo Aeropuerto, pero sobre todo, para terminar de pactar la transición pacífica de la que AMLO habló en campaña.

Qué irónico, durante casi todo el sexenio la mayoría de los mexicanos han convertido a Peña Nieto en blanco de incansables ataques y agresiones verbales; mientras que López Obrador, fue señalado en tono de burla por sus detractores como el mesías, el hombre que salvaría a México del despeñadero, y hoy, la doble moral de muchos, no permitirá aceptarlo, Enrique Peña bebé, es el gran demócrata y estadista, el presidente que heredó instituciones confiables para disfrutar una democracia sin sospechas; mientras que Andrés Manuel, ahora es visto como el gran aliado, uno más, el Andrés convertido en engrane perfecto para que todo siga su rumbo sin sobresaltos, con el único fin que el sistema no colapse; dicen estaba todo programado.

¿Verdad que la realidad  es una construcción social?

Por cierto, una situación similar a la de EPN y AMLO, vivieron los tamaulipecos quienes tuvieron en campaña casi 12 años al actual gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, el mandatario panista que mejor se entiende con Peña, el jefe blanquiazul que mantuvo la Senaduría, ganó cuatro de nueve diputaciones federales y 31 de 43 presidencias municipales; reafirmando al PAN como la principal fuerza política del estado.

Si bien es cierto, que el Instituto Nacional Electoral (INE), como el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM), aún no otorgan las respectivas constancias de mayoría a los candidatos ganadores, lo que sí es verdad, guste o no, Cabeza de Vaca mantiene como bastión panista su estado, y además de todo, terminó de arrebatarle al PRI la capital Ciudad Victoria y Tampico, que es la capital de las huastecas y el municipio más importante de todo Tamaulipas.

Felicidades a los priístas que aguantaron y no brincaron del barco como ratas… vendrán  vientos mejores.

davidcastellanost@hotmail.com

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