Fueron poco mas de dos décadas de complicidad. Más allá de lo bueno o malo de los recuerdos, el asistir a la Colonia Nochebuena el sábado por la tarde para ver a Cruz Azul ya era una tradición. Por última vez en Fase Regular miles de aficionados a la Máquina se dieron cita en la que desde 1996 llaman su casa, en el corazón de la Ciudad de los Deportes para ver 90 minutos que sólo los de la Noria pueden regalar.
Nostalgia por el adiós. En frente Monarcas Morelia, rival con aspiraciones de Fase Final y dispuesto a robar la posible sonrisa de los Cruzazulinos.
Silbatazo inicial y el vendaval Celeste apareció. Con presión alta y creación por las bandas Cruz Azul generó peligro desde el primer balón al área. Apenas se jugaba el minuto 2 cuando Adrián Aldrete mandó un centro que con gran clase bajó Martín Cauteruccio, de inmediato remató pero un gran achique de Carlos Gerardo Rodríguez lo rechazó para mantener el 0.
La insistencia local siguió, Ángel Mena le pegó con potencia para que Carlos Sosa con las manos desviara el esférico. El dorsal 13 se movía con libertad y tras el primer tiro de esquina el balón le quedó en la media luna, con el pecho orientó la recepción y le metió el empeine para estrellar su disparo en el primer poste.
La portería aún se cimbraba cuando de nuevo, desde la esquina nació el peligro, balón peinado que de palomita Mena remató sin marca para que el drama y los fantasmas de la Nochebuena se avivaran. Sólido cabezazo que de nuevo dio en el vertical, el gol se negaba a la afición Celeste que copó las tribunas.
Sobre el minuto 10 surgió una nueva oportunidad por la banda izquierda, balón que de nuevo cayó para que Cuate preparara su disparo, él cual cortó la zaga, en el rechace fue a portería pero el poste volvió a ser protagonista; sin embargo el rebote favoreció al Uruguayo que con la rodilla lo mandó a las redes. Explosión desde Carolina hasta Indiana, los asistentes y alrededores festejaban.
A partir del gol Monarcas mostró su mejor versión, con paciencia comenzó a tener posesiones más largas y buscar por fuera el desequilibrio. Ray Sandoval levantó la cara y observó el pique de Jefferson Duque quien le ganó a Julián Velázquez. De primera el dorsal 14 remató pero el tiro se fue por encima del larguero. Minutos después por la misma banda salió un centro que Ángel Sepúlveda conectó de cabeza para mandar el balón al poste, la emoción se controló aún más cuando se vio la bandera arriba, fuera de juego de la visita.
Cruz Azul se reacomodó y encontró espacios Walter Montoya encontró el carril derecho sin adversarios, llegó a línea de fondo y mandó un centro que poco a poco fue cerrando pero sin tener destinatario. Para la siguiente oportunidad el 10 Celeste filtró al movimiento de Cuateruccio que entró al área, levantó la cara y habilitó a Mena para en dos tiempos el de Ecuador colocara el 2-0 con el que llegaron al descanso.
Para el arranque del segundo tiempo Monarcas fue por los goles que le permitieran sumar y asegurar su boleto a la Fiesta Grande; sin embargo el peligro se mantuvo en su área. Primero un disparo de Mena trató de techar a Sosa quien le metió las manos para desviarlo, el rebote favoreció a Montoya que mandó una diagonal que quedó larga para Cauteruccio. Después el Uruguayo tuvo la opción más clara; desde la media cancha condujo sin marca, ingresó al área y definió cruzado para que el balón se fuera ligeramente desviado.
Monarcas insistió pero Cruz Azul se escalonó y metió elementos de refresco en la media cancha para darle profundidad a sus contragolpes. Carlos Fierro tuvo una gran oportunidad al medir de volea un servicio de Aldrete. Balón a segundo poste que de derecha el mexicano prendió para que éste pasara por fuera del primer palo.
La Fiesta seguía en las gradas del Estadio Azul, la afición coreaba los pases con oles y los jugadores les respondían finalizando las jugadas. Dos disparos de frente a puerta volvieron a Sosa factor en el marcador al evitar la goleada Celeste.
Sin más movimiento en el marcador, a una voz: Azul… ¡Azul! y lleno de recuerdos se firmó el capítulo final en la historia del Estadio Azul. 22 años Celestes en la colonia Nochebuena serán a partir de hoy parte del anecdotario y una victoria podría ser la última de ellas en la vieja cancha de la Ciudad de los Deportes.
De esta forma los de Pedro Caixinha llegan a 19 unidades y se aferran a varias combinaciones de resultados; mientras que Monarcas permanece con 23, ambos en busca de un lugar en la Fiesta Grande.
Para la última fecha la Máquina jugará ante los Tiburones Rojos en Veracruz y Monarcas irá por la clasificación ante Necaxa.
Texto: Dirección de Comunicación