Como fantasma se apareció el ex secretario de gobernación (SEGOB), Miguel Ángel Osorio Chong. Nadie se dio cuenta que el candidato pluri al Senado de la República ya estaba en la puerta del Salón Verde de Altamira, hasta que se bajó de una Jeep Grand Cherokee que él mismo manejaba, abrió la puerta y salió del lujoso auto sin que nadie lo escoltara, sólo era él y el ambiente político, no hubo quien le abriera paso, su grupo de seguridad era “invisible”; Osorio Chong, sigiloso se apareció como un ente de otro mundo en el sur de Tamaulipas cuando más lo necesita el priísmo. Tan profesional y silencioso para no hacer aspavientos, cuando se percataron que allí estaba el iluminado, los priístas revivieron y lo hicieron suyo.
El ex secretario de gobernación, ahora candidato pluri y coordinador de aspirantes al Senado del PRI, visitó la zona Metropolitana de Tampico para sostener una reunión con la estructura de su partido y la sociedad civil a quienes reiteró que el gobierno peñista asumió su responsabilidad para sacar adelante las Reformas Estructurales que hoy los tienen en desventaja, pues ellos llegaron para ver y hacer lo que México requería, pensando en el futuro.
“El PRI, ha respaldado propuestas de reforma que le están dando viabilidad y sentido a nuestro país y estas van a causar molestias a quienes estaban refugiados en ellas, raspan intereses y por supuesto hay un desgaste que como gobierno se asume”, sentenció Miguel Ángel a quien los priístas tamaulipecos apapacharon como si fuese su candidato presidencial.
Mientras Osorio Chong lanzaba su discurso en el Salón Verde de Altamira, caminó entre la multitud que extasiada interrumpió a cada momento la palabra del plurinominal con oportunidad de ser Senador 12 años.
Una señora casi le arrebató el micrófono y vanaglorió:
– “Yo lo admiro bastante, siempre lo he admirado; cuando lo veo en las noticias usted es lo máximo para mí”, Chong, apenas terminaba de agradecer el cumplido cuando sin poder terminar la idea de su discurso, otra lideresa de colonia alzó la voz.
-“Ya, ya, ya, ya, ya… quiero la foto”, el ex funcionario federal se dejaba querer, al fin está en plena campaña, pero las peticiones de las eufóricas priístas continuaban.
– “yo quiero también, yo mi foto“, era casi imposible escuchar de corrido al ex titular de la SEGOB, hasta que una de las asistentes, tal vez la más priísta de todas, puso orden.
– “Ya, ya, ya, ya… ya se los presté poquito, no quiero alboratedero”.
Y fue entonces como Miguel Ángel Osorio Chong, en Altamira, pudo cumplir con el propósito, darle un poco de vida al PRI.
Después se trasladó a Ciudad Madero, allá lo esperaban los correligionarios maderenses y tampiqueños, no tardó mucho en poner los puntos a las íes, a la sociedad civil le recordó el pasaje trágico de la zona de Tampico, la situación bélica en la que se encontraba la región cuando Peña Nieto llegó a la presidencia. Balaceras, ejecutados, decapitados y víctimas del daño colateral calderonista, ritmo de vida que disminuyó cuando Osorio Chong estuvo como Secretario de Gobernación, labor de pacificación que labró con el ex gobernador tamaulipeco Egidio Torre Cantú, e igual, en estrecha coordinación trabajó con el ahora jefe de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, el gobernador panista que acabó con la superioridad política y gubernamental del PRI.
En el encuentro con la sociedad civil, Osorio Chong, no mencionó para nada el nombre de Andrés Manuel, tampoco recriminó sus dichos, sólo pidió a los tamaulipecos no dejarse engañar con posturas que no sirven para nada a recuperar la paz como la amnistía o diálogo con criminales; nada de eso, sereno y con el público cautivo, el hidalguense sepultó a todos los priístas que abandonaron las filas de su partido y de favor pidió al electorado preguntar a los otros candidatos sobre su trayectoria y lealtad, porque la lealtad dijo, “no se construye de hoy para adelante”.
Osorio Chong, era y es el priísta que requieren los candidatos de Tamaulipas para tomar impulso y no dejarse vencer por los vientos políticos de la entidad que los tienen entumidos y atemorizados.