@dect1608
Seguramente ya sabías que los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017 fueron de las catástrofes naturales más letales en México en lo que va del siglo, con 102 y 360 víctimas mortales respectivamente. Ya sabías que la nación entera se volcó para recaudar víveres y ayuda de todo tipo para apoyar a las personas afectadas, y seguramente estabas confiado que aquel granito de arena que diste en los centros de acopio con toda la buena voluntad, había llegado a los necesitados. Pues déjame decirte que no fue así.
La tarde de este jueves, la controversial regidora América Sandoval, integrante del Cabildo de Tampico, Tamaulipas; descubrió que en una bodega propiedad del Ayuntamiento, habían almacenado víveres que se supone eran para los afectados por los sismos, la edil de extracción perredista recibió «el pitazo» de su compañera panista, Tere Sosa y para pronto se dejó ir para ver de qué se trataba y conocer lo que tenían guardado en ese almacén.
La perredista, se llevó la vergonzosa sorpresa de que entre tantas cosas que guardaban, había ayuda alimentaria, material de curación, productos diversos e incluso, juguetes y monos de peluche con leyendas escritas seguramente por los niños tampiqueños que decían: «no estás solo; vine a ayudarte; ánimo; Dios está con ustedes».
Bueno no se trata de una bodega clandestina, de ninguna manera, es un área propiedad del Ayuntamiento, incluso se encuentra sobre la calle
20 de noviembre entre Díaz Mirón y Emilio Carranza, del centro de la ciudad, situada exactamente en la parte trasera del Palacio Municipal, donde despacha la alcaldesa Magdalena Peraza, quien busca la reelección, pero este error de su directora de Desarrollo Social, Isabel Goldaracena Martínez, le enturbia su proyecto cuando apenas este sábado tendrá la Convención de Delegados priístas, para que abalen su intención de convertirse por tercera vez en presidenta municipal. No, claro que el inhumano error de Goldaracena va a tumbar la candidatura de la alcaldesa, tampoco le va a quitar el sueño, pero sí le provocó un enorme malestar y le recordó que debe ser más exigente y estricta con sus colaboradores, que a más de un año, parece que no quieren ayudarle a transitar con calma rumbo a la reelección.
La regidora América Sandoval, a veces con puntadas naturales de la izquierda barata del perredismo, facilitó para que la bochornosa noticia no se difundiera pues tiene conflicto casado con algunos reporteros, por lo que tuvo que hacer uso de sus redes sociales como acostumbra -a veces bien, otras no tanto- el asunto es que Sandoval, con este gran error de Isabel Goldaracena, aprovechó para escribir en su muro de Facebook, «Una muestra más de la corrupción que hay en el gobierno que encabeza Magdalena Peraza Guerra. Una disculpa a todas las personas que hicieron llegar donativos para los damnificados del pasado sismo en la Ciudad de México. Temo por la seguridad mía o de algún miembro de mi familia, si algo me llegara a pasar, responsabilizo a la alcaldesa Magdalena Peraza Guerra.»
Más tarde como el gato que se siente amenazado y de patas para arriba, Goldaracena salió en la fanpage de su dirección acompañada de otra edil priísta para intentar desmentir las acusaciones y el descubrimiento de América (jajaja no fue Cristobal Colón), lo malo para la alcaldesa e Isabel Goldaracena, es que solo se hundió más, «todo esto está aquí», dijo en su defensa, y bueno, sí, América ya lo había atestiguado y a ella evidenciado; también quiso remendar su error e inexperiencia recordando que el Ayuntamiento de Tampico, envió más de 20 toneladas de ayuda para los damnificados, en otra segunda donación enviaron más de 15 toneladas de víveres.
Aprovecho para enviarle mi agradecimiento a la Dirección de Desarrollo Social, por haber hecho llegar esas casi 40 toneladas, gracias por servir a los tampiqueños que se dieron el tiempo para aportar un granito de arena en los centros de acopio, pero por favor «esas pequeñas donaciones», como se refirió Isabel al material de curación, comida, pañales, toallas sanitarias, juguetes y demás artículos de despensa eran para «una pequeña» persona en el universo de afectados que requerían de lo que estaban enviando los tampiqueños; «esas pequeñas donaciones» a las que se refiere la colaboradora municipal, que según dice ya no le fue posible enviar «por la cantidad tan pequeña que era», debió haber entendido que no eran para ella, ni sus amistades del club, tampoco para los integrantes del Cabildo de Tampico, habían sido entregadas a su equipo para que se enviaran a la zona del desastre y si no iba a poder cumplir con la petición del pueblo tampiqueño, no hubiera recibido nada, si era muy poco lo que para otros pudo ser mucho, debió haber informado que había guardado en el almacén bajo cientos de pelotas de plástico lo que no pudo enviar; dicen que el hubiera no existe, pero si hubiese sido más inteligente, nada de esto sería noticia el día de hoy y la alcaldesa un problema menos tendría de cara a su reelección.
En fin… con esos amigos, la alcaldesa para que quiere enemigos.