Opinión

Un día sin militares 

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@dect1608

La delincuencia organizada estaba prácticamente concentrada en las líneas fronterizas de México, pero a alguien se le ocurrió enfrentar al enemigo sin conocerlo o peor aún, sin saber hasta dónde estaba infiltrado en el sistema de seguridad nacional, procuración de justicia y política mexicana. Hacerle frente sin una estrategia, fue la decisión más absurda con un alto costo económico y humano.

Hace seis años el Primer Escuadrón de Caballería Motorizado de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), salió del Campo Militar 37-C San Miguel de los Jagüeyes, Estado de México, con destino al centro-sur de Tamaulipas, más de 600 hombres con armamento y equipo táctico listos para combatir a los cárteles de la droga, el nuevo cuartel militar estaría destinado a recuperar la paz en lo que se conoce como la «zona cañera», una región que tenía sus carreteras aledañas llenas de carros incendiados y rafagueados como recuerdos de una guerra.

El poderío imparable de los criminales ante las fuerzas federales propició que poco a poco llegaran más y más escuadrones a Tamaulipas, tanto de SEDENA, como de la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR), e incluso de la Policía Federal y su División Gendarmería; aquel mes de marzo de 2012 partieron del centro de la república hacia El Mante, 50 camionetas de artillería y 20 camiones de personal, hoy exactamente a seis años de su llegada, este campo militar quedó desolado y esta zona cañera desprotegida como las frontera, costa, centro y sur del estado, tras la partida de mil 400 soldados que abandonaron Tamaulipas.

La inoperancia del Vicealmirante Luis Felipe López Castro, ex Secretario de Seguridad Pública del Estado, no supo enlazar los esfuerzos de SEDENA, SEMAR y Policía Federal, con las áreas estatales administrativas y policías locales, ya que en más de un año no se pudo firmar el nuevo convenio de colaboración entre las Fuerzas Federales y el Gobierno de Tamaulipas, dando como resultado que la Octava Zona Militar deje desprotegida una fracción de la denominada frontera chica; en el centro de la entidad donde se encuentra la capital, Ciudad Victoria, pese a que tendrá el apoyo del 77 Batallón de Infantería, operativamente la ribereña quedará a la deriva; en la zona sur que corresponde a Ciudad Mante, como ya se fueron los militares será una de las regiones más problemáticas por la lejanía de una unidad militar fija y en lo referente a la zona costa que abarca Tampico, Madero, Altamira y Soto la Marina, se cuenta con el Quinceavo Batallón, sin embargo, el comandante de la Primera Zona Naval el Vicealmirante Froylán Jiménez Colorado, no está entregando los resultados que exige en materia de seguridad el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Hasta este fin de semana que partieron los más de mil militares, Tamaulipas era de las entidades con mayor presencia de fuerzas federales, incluso, en 2017 se había robustecido la operatividad castrense al formalizarse una Unidad en Ciudad Mier y pese a todo esto, el mandatario estatal ordena esfuerzos para que la Policía Fuerza Tamaulipas, acredite a 10 mil nuevos elementos para antes de finalizar su mandato.

Sin embargo, bajo el anonimato del Grupo de Coordinación, externan que el ex secretario de Seguridad Pública, nunca cumplió con el pago de dos mil pesos a cada elemento desplegado en esta entidad; no supo hacer equipo con la Secretaria Ejecutiva de la SSP, doña Silvia «N», quien parece no tener la más mínima idea de qué hacer y cómo trabajar; igual sucedió con el director estatal del C4 y la rotación de elementos continuos bajo su régimen, obedeció siempre al descontrol total en la SSP.

Con tanto desorden en la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas, a nadie le extraña la acción fallida en la frontera y en lo que respecta a la zona costa, parece que no hay mando, no se realizan acciones y en supuesto de que estuvieran trabajando, su titular no informa, y cada vez son más y más las noches intranquilas que se viven por los robos a casas, negocios establecidos y asaltos, siendo estos personajes los que mantienen el control de la noche tampiqueña.

Hace una semana que Augusto Cruz Morales, ex Agente Estatal de Investigaciones en Nuevo León, se convirtió en el nuevo Secretario de Seguridad Pública de Tamaulipas y como ven, su antecesor le dejó un tremendo trompo chillador que debe echarse a la uña, pero con el retiro de las tropas militares parece que no inició del todo bien, al menos que le apueste a jugar a un día sin militares.

davidcastellanost@hotmail.com

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